UNA GUÍA DE TRABAJO: ALBERTI, VIDA, OBRA Y CONTEXTO






RAFAEL ALBERTI

Algunos caminos para peregrinar su vida y poesía

Si mi voz muriera en tierra,
llevadla al nivel del mar
y dejadla en la ribera.

Llevadla al nivel del mar
y nombradla capitana
de un blanco bajel de guerra.

¡Oh mi voz condecorada
con la insignia marinera:
sobre el corazón un ancla,
y sobre el ancla una estrella,
y sobre la estrella el viento,
y sobre el viento la vela!

CARTA DE NAVEGACIÓN

  1. Retornos de lo vivo lejano” / Fundamentación para una transposición didáctica.
  2. “Versos de Agitación” / Sugerencia de actividades.
  3. “Capital de la Gloria” / Selección de poemas y textos.

Adjuntos

  1. “Entre el clavel y la espada” / Contexto del hombre y del poeta.

a. Generación del 27.

b. Situación sociohistórica.

  1. Fustigada luz” / Las dictaduras en Argentina.
  2. “El poeta en la calle” / Alberti, vida y obra.
  3. “Abierto a todas horas” / Bibliografía

1. RETORNOS DE LO VIVO LEJANO

FUNDAMENTACIÓN PARA UNA TRANSPOSICIÓN DIDÁCTICA

Los docentes que somos parte del Profesorado en Lengua y Literatura para la E.G.B. 3 y el Polimodal, perteneciente al IPES “Florentino Ameghino”, fuimos invitados por la Subsecretaría de Cultura de la Provincia de Tierra del Fuego a participar en la elaboración de una guía para un abordaje de la obra literaria de Rafael Alberti en el Nivel Polimodal, dentro del marco de la muestra de la obra plástica de este artista español en Tierra del Fuego.

Esto despertó nuestro entusiasmo en tanto propicia la comunicación con nuestros colegas del nivel medio y nos permite trabajar sobre un proyecto pedagógico que reúna los tres ejes en los que se estructura nuestro profesorado: el área orientada, en este caso con la literatura, la didáctica y el campo general con la psicología y la historia.

Desde este lugar comenzamos a hilvanar ideas que se sistematizan en este escrito, que pretende ser, más que una guía de actividades sugeridas, un bosquejo de los pensamientos que nos despertó el autor.

Pensamos con Glasesfeld que: “Lo que vivimos y experimentamos, lo que conocemos y llegamos a saber está necesariamente construido con nuestros materiales y solo se puede explicar por la manera y forma de construir”; es esta idea la que orienta este trabajo.

La obra de Alberti, se resignifica hoy, en tanto, nos da una pista del sentido de una expresión radical en un contexto de silenciamiento de muchas voces. Aquí radica su valor, en tanto puede acercarnos a la reflexión sobre qué significa pensar hoy, y qué palabras son todavía silenciadas. Su poesía nos llena de voces: algunas libertarias, otras revolucionarias y cargadas de ideales de justicia, otras plenas de lirismo y fantasía, las hay también doloridas, cargadas de la angustia del destierro y, sin embargo, se yerguen victoriosas aquellas que mueven la esperanza e incitan a peregrinar caminos.

Alberti nos abre nuevos horizontes de problematización (Candioti 2001: 96), y en esta dirección creemos que despertará también entre nuestros colegas múltiples formas de abordaje, esperamos conocer esas construcciones de sentido, abriendo para ello un canal permanente de diálogo.

Llevar una obra literaria, creada en un contexto determinado, al aula, posicionándola en un contexto diferente necesita de una transposición didáctica que lleve a este particular discurso por los caminos de una compresión de la verdadera significación histórica, pero con su correspondiente proyección hacia el presente del aula, ubicada también dentro de un marco sociohistórico, con alumnos que, a través de la mediación del docente, se tornen en receptores activos, en co-significadores del discurso transpuesto: posicionándonos desde la teoría o estética de la recepción que nos plantea esta necesaria y valiosa interactividad, no sólo porque promulga como central para la literatura el papel del lector y de la lectura, sino porque entiende como literatura precisamente la posibilidad de estas interacciones y convergencias entre texto y lector. El texto se entiende así como el depósito de claves que se le ofrecen al lector para su juego interpretativo.

Acudiendo a Gadamer, Jauss e Isser, es posible comprender el papel privilegiado que la teoría de la recepción le da a la interactividad, ya se entiende ésta como el choque de los horizontes de expectativa (entre el autor y el lector) o como la dinamización de un repertorio de claves y competencias culturales por parte del lector, a partir de las claves o nodos del texto. En cualquier caso, la interactividad resulta de la entrada de la historia al texto, a través de la puesta en escena de la historia particular del sujeto interpretante, pero también de la posibilidad de cambiar la historia, de agenciarla, que cada cual vislumbra en el juego mismo de la escritura-lectura.

Es de suma importancia, para abordar la obra albertiana desde este posicionamiento teórico, indagar previamente sobre lo que significa realizar una transposición didáctica:

Diferencias entre conocimiento y contenido[1]

Los técnicos de educación, acorde a los intereses de la política oficial para la que trabajan, efectúan una selección de conocimientos a enseñar, pero que NO IMPLICA UN SIMPLE RECORTE, sino también una transformación del saber original; porque, al tratar de explicar al común de la gente de qué se trata determinado conocimiento, imprimen en el mismo, una interpretación subjetiva, (MEDIACIÓN) que responde a determinados intereses ideológicos del momento.

Podríamos decir entonces que ya no estaríamos en presencia de CONOCIMIENTOS propiamente dicho sino de CONTENIDOS, tal como se les llama a los saberes en la escuela. Estos contenidos que se expresan en los Diseños Curriculares, son RE-creaciones porque han sufrido una transformación original. A ese proceso de transformación Ives Chevallard- profesor de formadores e investigadores en el área de la matemática- le denomina Transposición didáctica. Chevallard tiene en cuenta 3 elementos durante el acto pedagógico, el docente, el alumno y el contenido, y expresa que el contenido no es transmitido de manera neutral por el docente, es decir sin interpretaciones personales, como tampoco es comprendido de manera neutra por el mismo alumno.

Esto nos lleva a pensar que en todo intento humano por COMPRENDER de qué se trata el CONOCIMIENTO, mediará la subjetividad de aquel que pretende comunicarlo o explicarlo, por lo que podemos reconocer tres niveles posibles de MEDIACION, tal es el caso de la mediación de los técnicos en educación, la de los mismos docentes cuando intentan enseñar un contenido prescripto, o la misma mediación de los alumnos durante el proceso de aprendizaje.

Es importante que al transponer un contenido:

1) El docente pudiera acceder al origen histórico de la disciplina que enseña, a fin de comprender cómo fueron evolucionando los conocimientos según distintos pensadores y en diversos posicionamientos paradigmáticos acerca de la ciencia. Esto permitiría generar actividades (mediante la casuística, por ejemplo) que lleven a los alumnos a cuestionarse los saberes y creencias respecto a un contenido, indagando las causas y consecuencias que trajo aparejado la construcción de determinados saberes y cómo fue reemplazado por otras nociones en el tiempo.

2) Que los contenidos que el docente seleccione respondan a los criterios de SIGNIFICATIVIDAD SOCIAL, PSICOLOGICA Y LÓGICA. ¿Qué queremos decir con SIGNIFICATIVIDAD? Que sea comprendido por la persona.

a) La Significatividad social: Se refiere a que la selección del contenido debe responder a la realidad conocida por el alumno. Si no es conocido por el alumno y debemos enseñarlo, podemos recurrir a la significatividad lógica.

b) La Significatividad Lógica: Se refiere a la necesidad de vincular un contenido con su antecedente. Para ello, el docente debiera -como metodología- retomar un contenido vinculante y anteriormente aprendido como “puente” conector entre este y el contenido que se desea enseñar, para que el mismo le sea significativo.

c) La Significatividad psicológica: Se refiere a la necesidad de atender a las características evolutivas de los estudiantes, según estado en que se encuentra el saber, la edad, sexo, poder adquisitivo, intereses, etc.

Para ello, es posible que el docente vea la necesidad de partir de:

1) situaciones exploratorias, de experiencias concretas, familiares y sencillas para arribar a los hechos generales de mayor nivel de abstracción.

2) Descripción de situaciones, mediante la introducción del vocabulario específico

y reconocimiento de causas o motivos que generan dicho resultado.

3) Trabajo con ejemplos y analogías.

4) Para luego llegar a análisis más profundo de un proceso, detectando variables intervinientes en cada caso.

En definitiva, pretendemos realizar un recorrido por la obra de Rafael Alberti ubicándola en su contexto de gestación, analizando también lo social, lo político, lo estético y cultural; en definitiva, la vida misma del artista en su tiempo. Pero sin dejar de lado ninguno de los aspectos de la situación discursiva, de tal manera que queden incluidos los alumnos, como receptores definitivos, y los docentes, como mediadores en este proceso. Ambos también situados en una situación social, cultural y política determinada.

2. “VERSOS DE AGITACIÓN”

SUGERENCIA DE ACTIVIDADES

a. Escuchar la canción, versión musical del poema de Rafael Alberti, A galopar, del grupo argentino de rock Ataque 77, del disco Otras canciones, 1998.

b. Leer el poema Galope, de Rafael Alberti, del libro Capital de la Gloria, 1938.

c. Reflexionar sobre: la vigencia de la temática del poema Galope que llevó a que un grupo de rock argentino le haya puesto música y lo haya incluido en un álbum, 60 años después de su publicación original, y sobre lo que han provocado el tema musical y la letra del poema en los receptores (docente y alumnos).

d. Investigar sobre el contexto social, histórico y estético que enmarcó la creación de este poema.

e. Realizar un análisis del poema teniendo en cuenta, desde el contexto histórico, a quiénes insta a galopar, la causa de esta incitación y quiénes son sus antagonistas. (Aunque es instrumento de análisis en la narrativa, puede usarse el esquema actancial de personajes )[2]

f. Pensar qué épocas y situaciones político-sociales de la Argentina pudieran ser semejantes a las del contexto histórico del poema. En esas circunstancias, establecer quiénes serían protagonistas y antagonistas.

g. Lectura de otros poemas y textos de Alberti.

h. Buscar en ellos rastros de la experiencia de vida del poeta.

i. Buscar identificaciones personales con la obra y la vida de Alberti.

j. Producción de:

Ensayos poéticos, sobre los poemas, o críticos, en función de los hechos políticos que enmarcaron la vida y la obra de Alberti.

A partir del poema Ese general (El matador, 1965), redacción y representación de una escena teatral con actores o títeres.

Presentación audiovisual (Power Point o filmación) sobre la siguiente consigna: “Tierra del Fuego en Alberti, imágenes de la provincia en las obras del poeta”, tratando de relacionar paisaje, arquitectura y sociedad con sus poemas y pinturas.

Representar poemas mediante trazos, grafismos, figuras y colores.

Actividad complementaria: Ver el film La lengua de las mariposas, dirigido por José Luís Cuerda, España, 1999.[3]

3. CAPITAL DE LA GLORIA

SELECCIÓN DE POEMAS Y TEXTOS

GALOPE

Las tierras, las tierras, las tierras de España,
las grandes, las solas, desiertas llanuras.
Galopa, caballo cuatralbo,
jinete del pueblo,
al sol y a la luna.

¡A galopar,
a galopar,
hasta enterrarlos en el mar!

A corazón suenan, resuenan, resuenan
las tierras de España, en las herraduras.
Galopa, jinete del pueblo,
caballo cuatralbo,
caballo de espuma.

¡A galopar,
a galopar,
hasta enterrarlos en el mar!

Nadie, nadie, nadie, que enfrente no hay nadie;
que es nadie la muerte si va en tu montura.
Galopa, caballo cuatralbo,
jinete del pueblo,
que la tierra es tuya.

¡A galopar,
a galopar,
hasta enterrarlos en el mar!

(Capital de la Gloria, 1938)

MORADA DEL ALMA ENCARCELADA

¿Qué me decía de las mazmorras inundadas de tinta

corrompida, donde la furia de un formón enloquecido

resquebraja el remordimiento?

A veces, las lloviznas más distantes de unos ojos sin

cuencas para recoger una nube y el olvido de

esas hojas que se destierran a sí mismas para

ocultar un pájaro recién muerto, son las causas

de estas caídas.

Amigo, en las cárceles involuntarias, los tribunales

de la tormenta son excesivamente severos: ni

unas esposas para que los muros no sufran el

envite de una conciencia desesperada, ni una

cuña de plomo para que unos labios no

conversen con su propia sangre.

Mientras tanto, ¿qué es lo que piensas tú, alma

remordida de un empalado vivo?

-¡Esas islas, esas islas que el agua de las lluvias

ha ido infiltrando noche a noche en el desierto

de estos cinco tabiques!

(Cal y canto ,1926 - 1927)

EL PRISIONERO

1

carcelera, toma la llave,

que salga el preso a la calle.

Que vean sus ojos los campos

y, tras los campos, los mares,

el sol, la luna y el aire.

Que vean a su dulce amiga,

delgada y descolorida,

sin voz de tanto llamarle.

Que salga el preso a la calle.

2.

¡Lo que haría yo

si saliera al sol!

Si yo al sol saliera,

iría al molino

de la aceitunera.

¿Qué haces tú, molino,

de la carretera?

¿Y la molinera?

¡Escóndete, sol

pues no salgo yo!

3.

Rutas

Por allí, por allá,

a Castilla se va.

por allá, por allí,

a mi verde país.

Quiero ir por allí,

quiero ir por allá.

A la mar, por allí,

a mi hogar por allá.

4.

Súplica

(Ya sube las escaleras,

de verde, la primavera.)

-¡Niñas, abrid las ventanas!

Decidle a la carcelera...

(Ya van aplaudiendo el aire

las palomas mañaneras.)

- ¡Palomas de pico blanco,

decidle a la carcelera...

(La sombra del calabozo

no siente el azul de afuera.)

- ¡Arcángeles de las torres,

decidle a la carcelera!...

(La ventana de la cárcel

es ventanita de hierro,

por donde no pasa el aire.)

5.

Un corzo blanco que fui...

Entre cadenas de vidrio

El sol me amarraba a mí.

Un corzo blanco que soy...

Entre cadenas de hierro

La sobra me amarra hoy.

6.

- Oído, mi blando oído,

¿qué sientes tú contra el muro?

- La voz del mar, el zumbido

de este calabozo oscuro.

¡Ay primavera en las olas!

¡Barco donde va mi amiga,

al aire las banderolas,

gimiendo porque la siga!

Carcelera,

Carcelero,

Que está ahí la primavera

Y es del mar el prisionero!

(El alba del alhelí, 1925 – 1926)

EL EXTRANJERO

1.

Mi lengua natal, ¿de qué

me sirve en tierras extrañas?

Quiero beber.

(¡Un extranjero!¿Le abro?

¡Dios, lo que pide no sé!)

¡La fuente! - ¡Qué sed! ¡Sin agua! –

¡Quiero comer!

(¡Un extranjero!¡Dios mío!

¿Qué dice? Cierra. No sé)

¡No hay de comer en la casa!

Lengua mía, ¿para qué

pedir en tierras extrañas?

2.

Un extranjero

me quiere a mí.

Yo no le quiero.

Yo no, porque considero

que no le voy a entender

cuando me diga: ¡Te quiero!

Y a mí me gusta saber

cuando me dicen: ¡Te quiero!

¡Di tú que sí!

3.

Madre, arrepentida

de que se fuera.

¡Nevaba tanto afuera!

Madre, irá, sin vida,

muerto y con frío.

¡Si se arrojará al río!

Madre, iré, arrecida,

por la ribera.

¡Graniza tanto afuera!

(El alba del alhelí, 1925 – 1926)

El Bosco

El diablo, hocicudo,

ojipelambrudo

cornicapricudo,

perniculimbrudo,

y rabudo,

zorrea,

pajarea,

mosquiconejea,

humea,

ventea,

peditrompetea,

por un embudo.

Amar y danzar,

beber y saltar,

cantar y reír,

oler y tocar,

comer, fornicar,

dormir y dormir,

llorar y llorar.

Mandroque, mandroque,

diablo palitroque.

¡Pío, pío, pío!

Cabalgo y me río,

me monto en un gallo,

y en un puercoespín,

en burro, en caballo,

en camello, en oso,

en rana, en raposo,

y en un cornetín.

Verijo, verijo,

diablo garavijo.

¡amor hortelano,

desnudo, oh verano!

jardín del amor.

En un pie el manzano

y en cuatro la flor.

(Y sus amadores,

céfiros y flores

y aves por el ano.)

Virojo, pirojo,

diablo trampantojo.

El diablo liebre,

tiebre,

no tiebre,

sipilipitiebre,

y su comitiva

chiva,

estiva,

sipilipitriva,

cala,

empala,

desala,

traspala,

apuñala

con su lavativa.

Barrigas, narices,

lagartos, lombrices,

delfines volantes,

orejas rodantes,

ojos boquiabiertos,

escobas perdidas,

barcas aturdidas,

vómitos, heridas,

muertos.

Predica, predica,

diablo pilindrica.

Saltan escaleras,

corren tapaderas,

revientan calderas.

En los orinales

letales, mortales,

los más infernales

pingajos, zancajos,

tristes espantajos,

finales.

Guadaña, guadaña,

diablo telaraña.

El beleño,

el sueño,

el impuero,

oscuro,

seguro

botín,

el llanto,

el espanto

y el diente

crujiente

sin

fin.

Pintor en desvelo:

tu paleta vuela al cielo,

y en un cuerno,

tu pincel baja al infierno.

Extraído de “A la pintura” (1945 – 1952)

A «NIEBLA», MI PERRO

«Niebla», tú no comprendes: lo cantan tus orejas,

el tabaco inocente, tonto, de tu mirada,

los largos resplandores que por el monte dejas,

al saltar, rayo tierno de brizna despeinada.

Mira esos perros turbios, huérfanos, reservados,

que de improviso surgen de las rotas neblinas,

arrastrar en sus tímidos pasos desorientados

todo el terror reciente de su casa en ruinas.

A pesar de esos coches fugaces, sin cortejo,

que transportan la muerte en un cajón desnudo;

de ese niño que observa lo mismo que un festejo

la batalla en el aire, que asesinarle pudo;

a pesar del mejor compañero perdido,

de mi más que tristísima familia que no entiende

lo que yo más quisiera que hubiera comprendido,

y a pesar del amigo que deserta y nos vende;

«Niebla», mi camarada,

aunque tú no lo sabes, nos queda todavía,

en medio de esta heroica pena bombardeada,

la fe, que es alegría, alegría, alegría.

(Capital de la Gloria,1938)

EL BOSCO

El diablo, hocicudo,

ojipelambrudo

cornicapricudo,

perniculimbrudo,

y rabudo,

zorrea,

pajarea,

mosquiconejea,

humea,

ventea,

peditrompetea,

por un embudo.

Amar y danzar,

beber y saltar,

cantar y reír,

oler y tocar,

comer, fornicar,

dormir y dormir,

llorar y llorar.

Mandroque, mandroque,

diablo palitroque.

¡Pío, pío, pío!

Cabalgo y me río,

me monto en un gallo,

y en un puercoespín,

en burro, en caballo,

en camello, en oso,

en rana, en raposo,

y en un cornetín.

Verijo, verijo,

diablo garavijo.

¡amor hortelano,

desnudo, oh verano!

jardín del amor.

En un pie el manzano

y en cuatro la flor.

(Y sus amadores,

céfiros y flores

y aves por el ano.)

Virojo, pirojo,

diablo trampantojo.

El diablo liebre,

tiebre,

no tiebre,

sipilipitiebre,

y su comitiva

chiva,

estiva,

sipilipitriva,

cala,

empala,

desala,

traspala,

apuñala

con su lavativa.

Barrigas, narices,

lagartos, lombrices,

delfines volantes,

orejas rodantes,

ojos boquiabiertos,

escobas perdidas,

barcas aturdidas,

vómitos, heridas,

muertos.

Predica, predica,

diablo pilindrica.

Saltan escaleras,

corren tapaderas,

revientan calderas.

En los orinales

letales, mortales,

los más infernales

pingajos, zancajos,

tristes espantajos,

finales.

Guadaña, guadaña,

diablo telaraña.

El beleño,

el sueño,

el impuero,

oscuro,

seguro

botín,

el llanto,

el espanto

y el diente

crujiente

sin

fin.

Pintor en desvelo:

tu paleta vuela al cielo,

y en un cuerno,

tu pincel baja al infierno.

Extraído de “A la pintura” (1945 – 1952)

RETORNOS DEL AMOR RECIÉN APARECIDO

Cuando tú apareciste,

penaba yo en la entraña más profunda

de una cueva sin aire y sin salida.

Braceaba en lo oscuro, agonizando,

oyendo un estertor que aleteaba

como el latir de un ave imperceptible.

Sobre mí derramaste tus cabellos

y ascendí al sol y vi que eran la aurora

cubriendo un alto mar en primavera.

Fue como si llegara al más hermoso

puerto del mediodía. Se anegaban

en ti los más lucidos paisajes:

claros, agudos montes coronados

de nieve rosa, fuentes escondidas

en el rizado umbroso de los bosques.

Yo aprendí a descansar sobre tus hombros

y a descender por ríos y laderas,

a entrelazarme en las tendidas ramas

y a hacer del sueño mi más dulce muerte.

Arcos me abriste y mis floridos años

recién subidos a la luz, yacieron

bajo el amor de tu apretada sombra,

sacando el corazón al viento libre

y ajustándolo al verde son del tuyo.

Ya iba a dormir, ya a despertar sabiendo

que no penaba en una cueva oscura,

braceando sin aire y sin salida.

Porque habías al fin aparecido.

(Retornos de lo vivo lejano, 1956)

ESE GENERAL

-Aquí está el general.

¿Qué quiere el general?

-Una espada desea el general.

-Ya no existen espadas, general.

¿Qué quiere el general?

-Un caballo desea el general.

-Ya no existen caballos, general.

¿Qué quiere el general?

-Otra batalla quiere el general.

-Ya no existen batallas, general.

¿Qué quiere el general?

-Una amante desea el general.

-Ya no existen amantes, general.

¿Qué quiere el general?

-Un gran tonel de vino desea el general.

-Ya no hay tonel ni vino, general.

¿Qué quiere el general?

-Un buen trozo de carne desea el general.

-Ya no existen ganados, general.

¿Qué quiere el general?

-Comer yerbas desea el general.

-Ya no existen los pastos, general.

¿Qué quiere el general?

-Beber agua desea el general.

-Ya no existe más agua, general.

¿Qué quiere el general?

-Dormir en una cama desea el general.

-Ya no hay cama ni sueño, general.

¿Qué quiere el general?

-Perderse por la tierra, desea el general.

-Ya no existe la tierra, general.

¿Qué quiere el general?

-Morirse como un perro desea el general.

-Ya no existen los perros, general.

¿Qué quiere el general?

¿Qué quiere el general?

Parece que está mudo el general.

Parece que no existe el general.

Parece que se ha muerto el general,

que ya, ni como un perro, se ha muerto el general,

que el mundo destruido, ya sin el general,

va a empezar nuevamente, sin ese general.

(El matador -Poemas escénicos-, 1965)

EL ABURRIMIENTO

(POEMA ESCÉNICO)

Me aburro.

Me aburro.

Me aburro.

¡Cómo en Roma me aburro!

Más que nunca me aburro.

Estoy muy aburrido.

¡Qué aburrido estoy!

Quiero decir de todas las maneras

lo aburrido que estoy.

Todos ven en mi cara mi gran aburrimiento.

Innegable, señor.

Es indisimulable.

¿Está usted aburrido?

Me parece que está usted muy aburrido.

Dígame, ¿adónde va tan aburrido?

¿Que usted va a las iglesias con ese aburrimiento?

No es posible, señor, que vaya a las iglesias

con ese aburrimiento.

¿Que a los museos -dice- siendo tan aburrido?

¿Quién no siente en mi andar lo aburrido que estoy?

¡Qué aire de aburrimiento!

A la legua se ve su gran aburrimiento.

Mi gran aburrimiento.

Lo aburrido que estoy.

Y sin embargo... ¡Oooh!

He pisado una caca...

Acabo de pisar -¡santo Dios!- una caca...

Dicen que trae suerte el pisar una caca...

Que trae mucha suerte el pisar una caca...

¿Suerte, señores, suerte?

¿La suerte... la... la suerte?

Estoy pegado al suelo.

No puedo caminar.

Ahora sí que ya nunca volveré a caminar.

Me aburro, ay, me aburro.

Más que nunca me aburro.

Muerto de aburrimiento.

No hablo más...

Me morí.

(Roma, peligro para caminantes, 1967)

CARTA*

Por el río Paraná. Septiembre de 1941

Queridísimas niñas:

Es horrible viajar solo y más en un barco tan bonito y por un río como este. He dormido muy bien, con bastante cansancio, acordándome mucho de las dos. Me desperté a las cinco, pensando en la ovejita de Aitana. Se me achica el corazón cuando pienso en ella y la veo reírse. ¡Qué maravilla! Quisiera sólo escribir para ella en este viaje. Pero tengo que revisar estas malditas conferencias y escribir el artículo. Mas a pesar de esto, no pierdo la esperanza de dedicarle alguna cancioncita.

Ahora son las ocho y vamos camino de Rosario. Allí, si puedo, echaré esta carta. Hace más bien frío. Cuando Aitanita crezca un poco y de oveja pase a ternera, remontaremos juntos estos ríos. Son muy hermosos y los barcos llenos de comodidades. Cuida a esa niña mucho, cuídala solo como tú lo sabes hacer, mi hija. Es lo único que tenemos y hay que defenderlo más que si fuera Moscú.

¿Escribiste a Saralegui? ¿Se arregla nuestra entrada en Uruguay?
Cuando des a Losada, o a Guillermo, el libro Poesía, pídele que lo haga pronto. Necesitamos que nuestra niña tenga de todo y sea la mejor cuidada del mundo. Cómprale, con esos pesos que andan por ahí, más trajecitos de colores para que este verano la miren los benteveos. A la Tusca también habrá que regalarle algo. Un nuevo collar, verde o amarillo.

Creo que estaré de vuelta para el 29, lo más tardar el 30. Estoy seguro. Ya escribiré, pondré telegramas y llamaré por teléfono. Ten cuidado con el frío, con el balcón y esa horrible chimenea que llena de hollín la cara de Aitanita.
Adiós, mi vida, mis niñas preciosas. Besos, besos y miles de abrazos

Rafael


*
Carta inédita de Alberti a Maria Teresa León y su hija Aitana, que acababa de nacer. El poeta remonta en barco el río Paraná para dar conferencias y recitales en las ciudades ribereñas.

IMAGEN PRIMERA Y SUCESIVA DE FEDERICO GARCÍA LORCA

En la residencia de estudiantes

Mientras así hablábamos, habían ido llegando más amigos, estudiantes que apenas sin comprenderlos repetían luego sus poemas por las tertulias literarias de los cafés y claustros universitarios.

Verde que te quiero verde.

Verde viento. Verde ramas

En un remanso oscuro del jardín, iluminado débilmente al fondo por las ventanas encendidas de los pabellones estudiantiles, comenzó a recitar Federico, espontáneamente, sin que nadie se lo pidiera, su último romance traído de Granada. En medio del silencio y de aquella penumbra susurrante de álamos, pude entrever cómo se le transfiguraba el rostro, se le dramatizaban la voz y todo el aire al son duro, patético, lleno de misterioso escalofrío que repica por el suceso sonámbulo del poema.

IMAGEN PRIMERA Y SUCESIVA DE ANTONIO MACHADO

En el café

La segunda vez que vi a Antonio machado fue en el café español, un viejo café del siglo XIX, que había frente a un costado del teatro real, de Madrid, cerca de la plaza de oriente. (…)

Machado me saludó muy cariñoso, ofreciéndome en seguida, un asiento a su lado, mientras me presentaba a sus contertulios. Muy ufano, al quitarme el gabán, le descubrí mi precioso volumen [un Rimbaud], que él ojeó con un débil gruñido aprobatorio, dejándolo luego sobre la silla que a su izquierda sostenía sobre el respaldo los abrigos y las bufandas. (…)

Al cabo de algún tiempo observé que Machado fumaba y fumaba, bajando, distraído, el cigarrillo hacia el lugar donde yo calculaba debía hallarse posado, mi precioso Rimbaud.

IMAGEN PRIMERA DE PABLO PICASSO

Al otro día, a las tres en punto de la tarde, me abría el propio Picasso la puerta de su piso. (…)

Luego, me hizo subir a su atelier. Cualquiera pensaría que el taller de un pintor del prestigio, del genio y fortuna suyos sería algo, si no rico, por lo menos de dimensiones hermosas, lleno de todos esos cachivaches y pedazos de cosas que sólo los pintores son capaces de coleccionar. El taller de Picasso, simple bohardilla abarrotada, con tablero inundado de libros, cartas abiertas y sin abrir, dibujos, lápices, etc., medía poco más de tres metros por cuatro, no sobrando al pintor ni el suficiente espacio para trabajar cómodo. En el centro, extendida, grande, como una ventana de par en par abierta a un precipicio, la obra en ejecución: uno de esos monstruos que metiéndosele por el mango de los pinceles se le pasan vivos y poéticamente disparatados al lienzo.

(Imagen primera de… ,1940 – 1944)


ADJUNTOS

  1. ENTRE EL CLAVEL Y LA ESPADA

CONTEXTOS DEL HOMBRE Y DEL POETA

  1. GENERACIÓN DEL 27

La Generación del 27 en su contexto histórico[4]

En la década de los 20 se instaura en España la dictadura del General Miguel Primo de Rivera (1923-1930).[5]

Sin embargo, en esa misma década de los 20, también soplaron con fuerza los vientos regeneradores del vanguardismo estético en Europa. A este movimiento pertenecieron personalidades españolas de excepción como Pablo Picasso, Salvador Dalí y Luis Buñuel. La obra del primero estuvo íntimamente ligada a sus raíces españolas y a un temperamento barroco y lleno de excesos y contrastes, que era lo que parecía caracterizar al arte español. Fue Picasso quien, con el estilo cubista, escribió la primera página de la pintura del siglo XX. Los admiradores de este pintor malagueño pueden apreciar en el Museo de Arte Reina Sofía de Madrid su Guernica, el retrato del horror del bombardeo nazi sobre un refugio vasco durante la Guerra Civil. En Barcelona, los amantes del arte pueden visitar la calle Aviño, la simbólica cuna del cubismo representada por Las Señoritas de Avignon. Existe también un estupendo Museo Picasso en el centro del Barrio Gótico que recoge algunas de sus obras de juventud y muchos grabados y series de pinturas inspiradas en Las Meninas de Velázquez.

Madrid fue el lugar de nacimiento del cubista Juan Gris que supo reducir los objetos que pintaba a su masa cromática y propiedades geométricas esenciales. Y Cataluña puede presumir de la paternidad de Juan Miró, el maestro del surrealismo, un hombre profundamente poético y original y con un estilo infantil que traiciona su sabia visión. Una gran parte de su obra se exhibe en la Fundación Miró de Barcelona, alojada en un espléndido edificio diseñado por el arquitecto Josep Luis Sert.

También asociado con el surrealismo está Salvador Dalí, artista excepcional que gustaba de provocar la sensibilidad burguesa con gestos escandalosos y calculados. Dalí había vivido con Luis Buñuel y Federico García Lorca en la Residencia de Estudiantes de Madrid en los años 20. Esta institución, enormemente importante por su ambiente intelectual y su gran fertilidad artística, es todavía un centro cultural floreciente y la sede del Consejo Superior de Investigaciones Científicas[6]. Fue allí donde nació el grupo de poetas conocido como la Generación del 27, una de las generaciones poéticas más brillantes de toda la historia de la poesía española. Es la formada por Federico García Lorca, Jorge Guillén, Pedro Salinas, Dámaso Alonso, Gerardo Diego, Vicente Aleixandre, Rafael Alberti, Luis Cernuda, Emilio Prados, y Manuel Altolaguirre. Todos ellos nacen entre 1892 y 1906, logrando su plena madurez y prestigio en los años de la Segunda República Española (1931-1936). La Generación fue llamada de 1927 por haber celebrado este año, con fervoroso entusiasmo, el tercer centenario de la muerte de Góngora, enfrentándose públicamente por primera vez con la crítica social y académica, que habían ignorado, cuando no atacado, al Góngora de los grandes poemas barrocos. Pero esa protesta antiacadémica no fue puramente negativa. Aquellos jóvenes poetas sabían lo que querían al exaltar al Góngora autor de Las Soledades, al que consideraban ejemplo perfecto del poeta puro, del poeta enamorado de la belleza. Al celebrar su centenario, dejaron constancia de su homenaje en bellas ediciones gongorinas. Dámaso Alonso editó Las Soledades, Gerardo Diego una Antología poética en honor de Góngora, García Lorca su conferencia sobre la imagen poética de Góngora, y Rafael Alberti publicó una Continuación de Las Soledades. La celebración del centenario se coronó con un número Homenaje a Góngora que publicó la revista Litoral, dirigida en Málaga por dos miembros de la generación: los poetas Emilio Prados y Manuel Altolaguirre. Este número, en el que colaboraron Picasso y Falla, junto a los poetas de la generación, llevaba una portada del pintor Juan Gris.

Ese mismo año -1927- que da nombre a la generación, tiene lugar otra aparición pública de sus miembros. En el Ateneo de Sevilla, a iniciativa de Ignacio Sánchez Mejías, el gran torero andaluz amigo de los poetas, invitó a éstos a que diesen una lectura de poemas en su tribuna. A esta cita sevillana acudieron: Dámaso Alonso, García Lorca, Rafael Alberti, Gerardo Diego, Jorge Guillén y Luis Cernuda, que vivía entonces en Sevilla. Era la primera vez que los poetas del 27 leían públicamente sus versos, y junto a ellos tomaron parte en la lectura otros poetas y escritores que acudieron desde Madrid: Juan Chabás, Mauricio Bacarisse y José Bergamín.

Los inicios poéticos

Los comienzos de la generación coinciden con los primeros años de la década del veinte. En 1920 aparece el primer libro de Gerardo Diego, Romancero de la novia; en 1921, el de Dámaso Alonso, Poemas puros. Poemillas de la ciudad; en 1923, el de Pedro Salinas, Presagios; en 1925, el de Rafael Alberti, Marinero en Tierra, y el de Emilio Prados, Tiempo; en 1926, el de Manuel Altolaguirre, Las islas invitadas; en 1927, el de Luis Cernuda, Perfil del aire; y en 1928, el de Jorge Guillén, Cántico, y el de Vicente Aleixandre, Ámbito; año en que también se publica el Romancero Gitano, que hace famoso a su autor, Federico García Lorca. Aunque muy minoritaria en sus comienzos -el público y la crítica los ignoraban o los tachaban de vanguardistas-, la generación se impuso pronto por la calidad de su poesía y por la personalidad fulgurante de algunos de sus miembros, especialmente García Lorca y Alberti. En 1925 dos de ellos, Alberti y Gerardo Diego, obtuvieron el Premio Nacional de Literatura, el primero con Marinero en Tierra, y el segundo con Versos humanos, que obtuvo un accésit. Fue el primer éxito oficial de la generación, y el que le abrió las páginas de las revistas literarias del momento, como la prestigiosa Revista Occidente, que dirigía José Ortega y Gasset, y en cuyas páginas publicaron poemas, a partir de 1924, todos los poetas del 27. Ortega no sólo los acogió en su revista, sino que publicó en las Ediciones de la Revista Occidente, que también dirigía, algunos libros de la generación, como el Romancero Gitano de García Lorca, Cántico de Jorge Guillén, Seguro Azar de Salinas y Cal y Canto de Alberti. Mostraba así su apoyo a un movimiento poético que se caracterizaba por la calidad y pureza de su trabajo, y por el afán de alcanzar la esencialidad de la poesía. Pero más decisivo fue aún el estímulo que los poetas de esta generación recibieron de Juan Ramón Jiménez, al que admiraban como al más puro y hondo poeta de su tiempo. Juan Ramón, entonces en la plenitud de su obra y de su prestigio, era para ellos, en aquellos primeros años de la generación, el maestro indiscutido, cuya palabra era oráculo. Fue Juan Ramón quien editó el primer libro de Pedro Salinas, Presagios, en su bella Biblioteca “Índice”; quien publicó en su revista y cuadernos de poesía -Sí, índice, Ley- poemas de casi todos los poetas de la generación; quien finalmente, digo el espaldarazo a Rafael Aberti, en la preciosa carta que va al frente de la primera edición de Marinero en Tierra, y sirvió de enlace a la generación con la tradición lírica anterior, con Bécquer sobre todo, y más atrás con la poesía popular de los cancioneros, que Alberti y Lorca supieron renovar con arte insuperable.

Hay que reconocer que aquel clima estetizante e intelectualista tenía sus peligros, que los mismos poetas del 27 no tardaron en advertir. Ya en 1926 Jorge Guillén, a quien se consideraba el más fiel cultivador de la Poesía Pura, escribía en la “Carta a Fernando Vela” que figuraba en la Antología de los poetas de la generación hecha por Gerardo diego, que la poesía pura resultaba a veces “demasiado aburrida, demasiado inhumana y demasiado irrespirable”. Y Dámaso Alonso ha reconocido que aquella primera fase purista de la generación heló de tal modo su pluma, que dejó de escribir, y necesitó del desgarrón de la guerra civil de 1936 para volver a la poesía.

Al terminar la década de los veinte y comenzar la de los treinta podía notarse ya un cambio de clima, una temperatura más cálida, en la poesía de la generación. Se inicia entonces una segunda fase en la poesía del 27, que Dámaso Alonso llamó fase neorromántica, y que es visible en libros ardientes y estremecidos como Pasión de la Tierra y Espadas como labios de Aleixandre; Sobre los Ángeles, de Rafael Alberti; y Donde habita el olvido de Cernuda. Es sobre todo a partir de la Segunda República Española, en 1931, y paralelamente a la rápida politización de las masas, cuando se produce la crisis del esteticismo y el alejamiento definitivo de los poetas del 27, del purismo poético que había encarnado Juan Ramón Jiménez. “La llamada poesía pura -escribía J. de Izaro (pseudónimo de Rafael Sánchez Mazas) en El Sol- está perdiendo actualidad y vida a galope, como todo lo sublimístico, evaporado y enrarecido.” Y recordaba que los grandes poetas, como el Dante, Virgilio, Píndaro y tantos otros, no habían desdeñado inspirarse en las fuentes cotidianas de la vida, en los temas de la patria, de la pasión amorosa y el ideal de la política y de las experiencias sociales.

La poesía social revolucionaria había conquistado, desde 1930 por lo menos a dos poetas de la generación del 27, Rafael Alberti y Emilio Prados. De 1929 es el primer poema social de Alberti, su Elegía Cívica; en 1933 el mismo Alberti funda la revista Octubre, de clara tendencia comunista, y publica dos libros de poesía revolucionaria: Consignas y Un fantasma recorre Europa.

En vísperas de la revolución de los mineros asturianos, en septiembre de 1934, Alberti pone al frente de la primera edición de sus Poesías Completas, editadas por José Bergamín, estas palabras terminantes: “Publico aquí la mayor parte de mis obra poética comprendida entre 1924 y 1930, por considerarla un ciclo cerrado, contribución mía, irremediable, a la poesía burguesa. Pero a partir de 1931, mi obra y mi vida están al servicio de la revolución española”.

El compromiso social

No hay que olvidar que la Generación del 27 era una generación republicana y liberal, y no puede extrañarnos que la casi totalidad de sus miembros, al iniciarse en 1936 la sublevación militar, tomase partido al lado de la República. La mayoría de ellos -Alberti, Aleixandre, Cernuda, Prados, Altolaguirre- colaboraron en las revistas literarias patrocinadas por las autoridades republicanas durante la Guerra Civil; como Hora de España, y El mono azul, ambas reeditadas años más tarde por una editorial alemana. Al llegar el huracán de la guerra, lo épico sustituyó a lo lírico, y los poetas escribieron romances. En noviembre de 1936 apareció en Madrid editado por el Ministerio de Instrucción Pública, el primer Romancero de la Guerra Civil, que incluía romances de guerra de Alberti, Bergamín, Aleixandre, Prados, Altolaguirre, Garfias y Miguel Hernández. Y al año siguiente, 1937, se publicaba, con un prólogo de Antonio Rodríguez Moñino, el gran bibliógrafo -quien fue amigo de todos los poetas del 27- el Romancero General de la Guerra de España, dedicado a Federico García Lorca, en homenaje a su memoria y como protesta contra su muerte.

El tiempo de postguerra

Las consecuencias del final de la guerra civil, con la derrota de la República, para la mayoría de los poetas de la Generación del 27, son bien conocidas: el exilio, la nostalgia, el dolor por la patria perdida. En tierra americana, aquellos poetas continuaron su obra, desde entonces marcada en gran parte por la herida de la guerra, por la añoranza española. Su poesía, en efecto va a experimentar desde el final de la guerra civil profundos cambios. Se hace más grave y preocupada, más dolorida por las heridas recientes de la guerra civil; de la guerra cainita, como la llamaba Unamuno, y por el dolor de la patria lejana y sin libertad; tiende cada vez más a reflejar los problemas humanos y sociales del tiempo histórico que a cada poeta le ha tocado vivir, y deja de ser estetizante y minoritaria para volver a las fuentes de la vida y de la historia. Algunos de los más grandes poetas del 27 empiezan a escribir una poesía temporalista, de acuerdo con la definición de Antonio Machado: “La poesía es la palabra del tiempo”, Jorge Guillén subtitulará “Tiempo de historia” el segundo ciclo de su poesía, el de Clamor, y escoge, para uno de los libros de ese ciclo, un título machadiano, A la altura de las circunstancias, y para otro un título dentro también del temporalismo machadiano a lo Jorge Manrique: Que van a dar a la mar… El protagonista del ciclo de Clamor es el hombre contemporáneo, el español contemporáneo que ha sufrido la guerra, la persecución, el exilio, la prisión.

La poesía de Cernuda experimentará también un cambio radical, a partir de la guerra civil. Él mismo nos confiesa que aquellos sucesos trágicos enturbiaron su vida diaria, y la muerte horrible de Federico, su gran amigo, no se apartaba de su mente. Ya en Inglaterra, primera fase de su exilio, lejos de aquel loco país -como llama a España- tuvo durante años una pesadilla constante que llenaba su sueño: se veía, una y otra vez, buscado y perseguido. Trabajando como profesor en una universidad inglesa, Cernuda sentía -nos lo dice él mismo- una nostalgia aguda de su tierra, de su ambiente y de sus amigos españoles. Y escribió entonces una serie de poemas fruto de esa preocupación y de esa nostalgia. El resultado fueron esos libros admirables que se llaman Las nubes, Ocnos, Como quien espera el alba.

Los años americanos enriquecieron, al hacerla más honda y más grave, más sumida en el tiempo y en la muerte, la obra de los poetas del 27 que se vieron obligados a alejarse de España. No sólo la de Guillén y la de Cernuda: también la de Salinas, la de Alberti, la de Prados, la de Altolaguirre.

Aquella evolución hacia una poesía temporalista enraizada en la vida temporal, afectó también a los poetas del 27 que permanecieron en España. En 1944 publicó Dámaso Alonso ese angustiado diario íntimo, esa protesta contra la injusticia y la crueldad de la Guerra y del odio que se llama Hijos de la Ira, tan lejos ya en el tiempo y en el tono, de aquellos primeros Poemas Puros publicados por él, veintitrés años antes. Y escribe, entonces, estas palabras reveladoras: “Nada aborrezco más que el estéril esteticismo en que se ha debatido hace más de medio siglo el arte contemporáneo. Hoy es sólo el corazón del hombre lo que me interesa, expresar con mi dolor o con mi esperanza el anhelo y la angustia del eterno corazón del hombre”. Y en Hijos de la ira leemos este verso, que abre el libro: “Madrid es una ciudad de un millón de cadáveres”.

El caso de Vicente Aleixandre -premio Nobel- es también significativo. Como consecuencia de su postura durante la Guerra Civil, favorable a la República, sus libros fueron prohibidos al terminar la guerra, y su nombre vetado por la censura. Sólo a partir de la publicación de su gran libro Sombra del paraíso en 1944, comienzan a difundirse sus obras y su nombre vuelve a tener circulación literaria. Su influencia sobre la juventud poética que surgió en los primeros años de la postguerra creció rápidamente y en 1947 su definición de la “poesía como comunicación” encontró un amplio eco en los jóvenes. A partir de entonces, la poesía de Aleixandre se inserta en una corriente de lírica temporalista que abarca el gran tema del vivir humano desde la conciencia de la temporalidad y de la solidaridad, que hallamos en dos de sus mejores libros: Historia del corazón, publicado en 1954, y En un vasto dominio, en 1962, en los que no falta el canto de la realidad social, del hombre situado aquí y ahora. El pueblo y la historia entran finalmente en la obra de los poetas del 27, como testimonio de un tiempo mísero y también esperanzado. Cerrando así el ciclo -o abriendo uno nuevo- que va desde la poesía pura, intimista o surrealista, a la poesía de situación temporal e histórica. Ellos, los poetas del 27, pueden decir lo que decía Goethe cuando alguien le reprochaba que escribiese poesía de circunstancias: “Mis poemas son todos poemas de circunstancias porque todos se inspiran en la realidad”.

B. SITUACIÓN SOCIOHISTÓRICA

LA GUERRA CIVIL ESPAÑOLA

El 18 de julio de 1936 los militares más conservadores del Ejército español se levantaron en armas contra la República. Este acto significaba el fin del experimento democrático realizado en España desde abril de 1931. La caída de la Dictadura del general Miguel Primo de Rivera y el descrédito de la Monarquía habían posibilitado la proclamación de la II República Española como panacea que pretendía sacar al país de su histórico atraso. Sin embargo, los años que van desde 1931 a 1936 se convirtieron en fiel reflejo de las contradicciones de la sociedad española. De un lado muchos pedían un cambio social y económico profundo que acabara definitivamente con el poder oligárquico en España. Del otro, ese mismo poder, apoyado por el Ejército y la Iglesia, luchaba por defender su posición privilegiada. Las elecciones de febrero de 1936 sólo sirvieron para dividir aún más a los españoles y tras el triunfo del Frente Popular la oligarquía ya solo tuvo fe en una acción salvadora del Ejército que librara a España de la anarquía y la revolución. Se daba paso así a la Guerra Civil Española.

Cronología de hechos significativos:

1936: La trágica muerte del parlamentario Calvo Sotelo -ultimado el 13 de julio de este año por un grupo de Guardias de Asalto y militantes socialistas en venganza por el asesinato previo de José del Castillo a manos de los falangistas- acelera un golpe de estado militar que llevaba preparándose desde hacía algún tiempo. De hecho, los conspiradores estaban esperando la decisión del General Franco para empezar el alzamiento. El 18 de julio la rebelión se extendió a otras guarniciones de la España metropolitana y el día siguiente Franco tomó el mando del ejército en Marruecos. El alzamiento tuvo éxito en Sevilla (dirigido por el general Queipo de Llano), en las islas Baleares (general Goded), las islas Canarias y Marruecos (Franco), Navarra (Mola), Burgos y Zaragoza. El general Yague avanzó en Extremadura y Mola tomó Irún. Al final de 1937 las tropas nacionalistas controlaban la mayor parte de Andalucía, Extremadura, Toledo, Avila, Segovia, Valladolid, Burgos, León, Galicia, una parte de Asturias, Vitoria, San Sebastián, Navarra y Aragón, así como las islas Canarias y Baleares, con excepción de Menorca. Castilla la Nueva, Cataluña, Valencia, Murcia, Almería, Gijón y Bilbao permanecían en manos republicanas.

El gobierno republicano formó un Gabinete de coalición encabezado por Giralt que fue sucedido por otro con Largo Caballero al frente. Esto llevó a la CNT (Confederación Nacional del Trabajo, la unión anarco-sindicalista) al Gabinete que se trasladó a Valencia. El 29 de septiembre la Junta de Defensa Nacional nombró a Franco jefe de gobierno y comandante de las Fuerzas Armadas. Para compensar estas circunstancias, el gobierno republicano creó un ejército popular y militarizó las milicias. Ambos bandos iban pronto a recibir ayuda extranjera: las Brigadas Internacionales apoyaban la España Republicana y las tropas alemanas e italianas a la España Nacionalista.

Jarama, Brunete, Quinto, Belchite, Fuentes de Ebro, Teruel y el Ebro son los campos de batalla de la Guerra Civil española en la que más de 12. 000 soldados canadienses participaron apoyando la España Republicana. Estos hombres crearon la unidad militar más auténtica de la historia de Canadá: el batallón Mackencie-Papineau de la 15ª Brigada Internacional del Ejército Republicano Español, los "Mac-Paps".

1937: El año 1937 estuvo caracterizado por la lucha en el norte del país: Guernica fue bombardeada en abril, en junio Bilbao fue tomada, Santander cayó en agosto y Gijón en octubre. La reacción de los republicanos fue abrir frentes en Guadalajara (en marzo), Brunete (julio) y Belchite (agosto). La batalla de Teruel se inició a final de año.

1938: Los nacionalistas trasladaron sus esfuerzos a Aragón, recuperaron Teruel y dividieron la zona republicana en dos partes tras entrar en Castellón en julio de ese mismo año. El gobierno respondió con la llamada Batalla del Ebro (julio-noviembre de 1938) que terminó con la derrota republicana y 70 000 bajas.

1939: Una vez extinguida la resistencia del gobierno, el exilio republicano comenzó con la huida de numerosos españoles a través de la frontera con Francia. Cataluña claudicó el 10 de febrero de 1939. Madrid era la única ciudad que resistía y las propuestas de paz de su Junta de Defensa (encabezada por Casado y Besteiro) eran inútiles. Las fuerzas nacionalistas ocuparon la capital el 28 de marzo de 1939 y el 1 de abril el general Franco declaró oficialmente el fin de la guerra.

La dictadura franquista: régimen político, evolución social y económica[7]

El régimen de Franco

Tras el fin de la guerra se instaura un régimen político difícil de definir. El poder lo ejerce Franco. Tiene la capacidad de legislar sin la deliberación del Consejo de Ministros, y sin las Cortes. Es una dictadura.

El poder de Franco descansa en tres pilares fundamentales: la Falange, el Ejército y la Iglesia. Pero todo esto no hubiese durado sin el apoyo de la burguesía. Se desprecia el trabajo burocrático, con lo que la corrupción se instala como forma habitual de gobierno.

Las leyes fundamentales

El régimen se reviste de una serie de leyes que le dan apariencia de legalidad, son: el Fuero del Trabajo, de 1938; la ley Constitutiva de las Cortes, de 1942, el Fuero de los Españoles, de 1945, la ley del Referéndum, de 1947, la ley de Principios Fundamentales de Movimiento, de 1958, y la ley orgánica del Estado, de 1967.

Las Cortes

Las Cortes se crean en 1942. Hasta ese momento Franco ejercía el poder autoritariamente y sin restricciones. Asumen la competencia legislativa, sin embargo, su función se limita a corroborar las decisiones que toma Franco.

En las Cortes estaban representados los tres estamentos que se consideraban en la sociedad española: los representantes de los municipios, los de los sindicatos verticales y los procuradores familiares.

El Consejo Nacional del Movimiento

Su función era la de defender la integridad del Estado y la ortodoxia fascista y católica. Sus miembros eran todos de la Falange o el Ópus Dei.

El Consejo del Reino

Esta institución tenía como misión proponer una terna de nombres, entre los cuales Franco designaba al jefe del Gobierno.

El Consejo de Regencia

Era la encargada de garantizar la Jefatura del Estado y los mecanismos de sucesión en la persona de don Juan Carlos de Borbón.

El Fuero de los Españoles

Esta es la ley fundamental del régimen. En él se definen los derechos y los deberes de los españoles, y sus libertades teóricas, puesto que podían ser suspendidas en cualquier momento.

El Fuero de los Españoles se promulga en 1945. Se siguen manteniendo los ideales programáticos de la Falange, la obediencia al jefe, y se proclamaba que la religión católica era la única del Estado y de los españoles.

Los principios del Movimiento

En 1958 se promulga la ley orgánica del Estado, necesaria para dar una apariencia democrática al régimen. No cambia nada sustancial.

La oposición

El régimen de Franco apenas cuenta con oposición interna, o ha sido purgada, o está encarcelada, o se ha exiliado. Los más organizados son el PCE, que consigue tener una cierta implantación entre los obreros del interior, organizando en las fábricas comisiones obreras.

Las únicas formas de oposición real eran las asociaciones vecinales. Era la única forma de hacer política dentro del régimen, y la margen del movimiento.

Etapas

La autarquía 1939-1950

Una vez terminada la guerra, el gobierno que se establece confirma el autoritarismo y la adhesión del régimen a las potencias fascistas del Eje. Pero hacia 1942 cambia de orientación.

Los años de la posguerra son los del hambre. Al desabastecimiento económico tras nuestra guerra se le suma la falta de capital de inversión extranjero.

El programa falangista sobre economía propugnaba el nacionalismo, el autoabastecimiento y la autarquía. La obligación de entregar la cosecha al Servicio Nacional del Trigo se convierte en un fraude permanente.

En 1941 se crea el INI (Instituto Nacional de Industria): se nacionalizan los sectores estratégicos de la industria española.

La apertura: 1950-1960

En 1950 los principios ideológicos del régimen permanecen inalterables, pero la política va a ir cambiando para transformarse en liberal. Se comienza a recibir ayudas de EE UU. La inflación sigue siendo muy fuerte y en 1955 se hace patente la necesidad de detenerla. España entra en los foros internacionales.

El desarrollismo 1960-1975

Esta es la época de los gobiernos tecnócratas del Ópus Dei. Se caracteriza por un gran desarrollo económico y una liberalización de las costumbres. Comienzan a implantarse los planes de desarrollo. Despega el turismo.

En 1973 Luis Carrero Blanco asume la Presidencia del Gobierno. Pocos meses más tarde sería asesinado. El 20 de noviembre de 1975 muere Franco y don Juan Carlos le sucede con el título de rey de España.

El sistema social

Franco

Franco es el jefe del Estado y durante la mayor parte del período el presidente del Gobierno.

El Ejército

El Ejército es el arma disuasoria, y el instrumento de represión de la sociedad. A través del servicio militar obligatorio es el encargado de la formación ideológica.

La Iglesia

La Iglesia hace la labor de legitimación del régimen ante el exterior y ante la sociedad española.

La burguesía

La burguesía terrateniente y semifeudal es quien más comprometida con el régimen está. Pero también le apoyan las oligarquías financieras e industriales. La política proteccionista del régimen permitió hacer mucho dinero en el mercado negro y el estraperlo. La apertura permitió invertirlo fuera.

La pequeña burguesía estaba, social y políticamente, al margen del régimen. Se sentía cómoda en la estabilidad. Surge también la meritocracia administrativa, profundamente corrupta.

El proletariado

El proletariado es el gran derrotado de la guerra. En un principio es un proletariado rural, hambriento. Sólo durante el desarrollismo, y gracias al éxodo rural se convierte en un proletariado industrial. Dos millones de emigrantes evitan que las cifras del paro se disparen.

La persistencia del franquismo

Sorprende ver que un régimen autoritario y represivo, y con tan malas condiciones económicas, se mantenga casi cuarenta años. La clave está en una mezcla de miedo a la guerra y la represión.

La educación

La educación queda en manos privadas, lo que quiere decir en manos del catolicismo militante más integrista. Existe una alarmante carencia de escuelas. Todo esto hace aumentar la tasa de analfabetismo, real y funcional. El cambio real llega en 1970 con la ley general de Educación.

El pensamiento

Hay que recordar que la ideología fascista es abiertamente antiintelectual. El intelectual más importante del régimen es Rafael Calvo Serer. En 1946 vuelve a España José Ortega y Gasset.

Economía y población

Durante el período del franquismo se da un cierto desarrollo demográfico. La política oficial del régimen es abiertamente natalista. El período de mayor crecimiento de la población se da en los años 60 y 70 cuando el desarrollo económico permite reducir la tasa de mortalidad infantil.

La emigración es uno de los rasgos más característicos de la población de esta época. Se emigra del campo a la ciudad (éxodo rural), y al extranjero, sobre todo a una Europa. Este proceso se detiene en 1973, con la crisis del petróleo.

El estancamiento económico. La autarquía. La agricultura

Para salir de la precaria situación del campo se realiza una reforma agraria técnica: el plan de regadíos y la concentración parcelaria. Al comienzo de la crisis de los 70 los precios de los insumos crecen. Por primera vez los precios industriales aumentan por encima de los agrícolas.

La industria

Al terminar la guerra el país se encuentra sin recursos, sin fuerza de trabajo y sin capitales. Tres son las bases del desarrollismo español: la construcción, el turismo y las divisas de la emigración. Los grandes beneficiados de todo el período son: la banca y los grandes burgueses terratenientes e industriales.


5. “FUSTIGADA LUZ”

LA ÚLTIMA DICTADURA EN LA ARGENTINA

El 24 de marzo de 1976 las Fuerzas Armadas Argentinas derrocaron al Gobierno Constitucional que estaba a cargo de María Estela Martínez de Perón y pusieron en lugar a la Junta de Comandantes en Jefe, integrada por el general Jorge Rafael Videla, el almirante Emilio Eduardo Massera y el brigadier Orlando Ramón Agosti. La junta dictó, entonces, los instrumentos operativos del llamado Proceso de Reorganización Nacional y designó presidente de la Nación al general Videla.

Los ejes de esta dictadura fueron dos: llevar adelante una “operación integral de represión, cuidadosamente planeada por la conducción de las tres armas”[8] y, en lo económico, sentar las bases del neoliberalismo, es decir: “la reducción de funciones del Estado, su conversión en `subsidiario´ , fue uno de los propósitos más firmemente proclamados por el ministro (de economía) Martínez de Hoz, recogiendo un argumento que circulaba con fuerza creciente en todo el mundo capitalista, donde estaban en plena revisión los principios del Estado dirigista y benefactor. (…) El ministro obtuvo una importante victoria argumentativa cuando logró ensamblar la prédica de la lucha antisubversiva con el discurso contra el Estado, e incluso contra el industrialismo”[9]

La represión fue, entonces, una acción sistemática realizada desde el Estado. Afirma Luís Alberto Romero: “Se trató de una acción terrorista dividida en cuatro momentos principales: el secuestro, la tortura, la detención y la ejecución. Para los secuestros, cada grupo de operaciones –conocidos como `la patota´- operaba preferentemente de noche, en los domicilios de las víctimas, a la vista de su familia, que en muchos casos era incluida en la operación. Pero también muchas detenciones fueron realizadas en fábricas o lugares de trabajo, en la calle, y algunas en países vecinos, con la colaboración de autoridades locales. La operación se realizaba con autos sin patente pero bien conocidos –los fatídicos `Falcon verdes´-, mucho despliegue de hombres y armamento pesado, combinando anonimato con la obstentación,todo lo cual aumentaba el buscado efecto aterrorizador. Al secuestro le seguía el saqueo de la vivienda, perfeccionado posteriormente cuando de obligó a las víctimas a ceder la propiedad de sus inmuebles, con todo lo cual se conformó el botín de la horrenda operación[10] (…) Las desapariciones se produjeron masivamente entre 1976 y 1978, el trienio sombrío, y luego se redujeron a una expresión mínima. Fue un verdadero genocidio.[11] (…) El terror cubrió la sociedad toda. Clausurados los espacios donde los individuos podían identificarse en colectivos más amplios, cada uno quedó solo e indefenso ante el Estado aterrorizador, y en una sociedad inmovilizada y sin reacción se impuso –como ha señalado Juan Corradi- la cultura del miedo. Algunos no aceptaron esto y emigraron al exterior –por una combinación variable de razones políticas y profesionales- o se refugiaron en un exilio interior; en ámbitos recoletos, casi domésticos, practicando el mimetismo a la espera de la brecha que permitiera volver a emerger. La mayoría aceptó el discurso estatal, jsutificó lo poco que no podía ignorar de la represión con el argumento del por algo será, o se refugió en la deliberada ignorancia de lo que sucedía a la vista de todos.”[12]

6. “EL POETA EN LA CALLE

ALBERTI, VIDA Y OBRA

“Tenía la poesía metida en el alma. Ha sido uno de los grandes poetas españoles, no sólo por la calidad literaria de su obra sino por la capacidad que demostró para llegar al pueblo, a los lectores.” (Mario Benedetti)

“Su poética está impulsada por el recuerdo y la nostalgia del mar que le dio libertad, claridad y sobre todo esa capacidad de ver siempre la luz en medio de lo oscuro. Queda el recuerdo del hombre que marchó al exilio con el puño cerrado y volvió con la mano abierta. Su poesía pasó a través de tiempos turbulentos de España, pero siempre al fondo de lo oscuro, de lo tenebroso, de lo difícil, lo duro y lo negativo supo ver la esperanza, admirar la claridad por medio de las tinieblas.” (García de la Concha).

“A los lectores de los años 40 a los 70 nos hizo un regalo maravilloso, nos enseñó que, a pesar de vivir en un tiempo oscuro, la palabra poética estaba llena de fulgor; además, nos enseñó que la alegría era una obligación democrática. Poseía una alegría profunda, casi beligerante, aunque también tenía una tristeza civil, capaz de convertirse en indignación. Tenía los pies asentados en el suelo y en el subsuelo de la tradición.” (Félix Grande).

cronología19021902cronología [13]

Durante la tormentosa madrugada del 16 de diciembre, en la localidad gaditana de El Puerto de Santa María, nace Rafael Alberti. Según el mismo poeta refirió, desciende de dos familias de estirpe italiana, los Alberti y los Merello: «Los Alberti son de origen toscano, y yo he oído hablar italiano en mi casa. Mi abuelo era florentino, y mi madre, aunque española, tenía su origen en la Liguria de Génova. Los hermanos de mi abuelo, aunque nacidos en España, hablaban el italiano, y también mi abuelo, don Carlos Alberti, al que recuerdo muy enfermo, poco antes de morirse, como un hombre muy viejo, y ya casi borrado en mi memoria presente». («Rafael Alberti: Nostalgias del mar de Cádiz», en Joaquín Soler Serrano, Personajes a fondo. Conversaciones con grandes figuras de nuestro tiempo, Barcelona, Planeta, 1987, pp. 191-192).

19031903

En Logroño, el 31 de octubre, nace la que será futura esposa de Alberti, María Teresa León. Ella misma será, en palabras del poeta, la memorialista de su trayectoria conjunta: «Mucho mejor que yo los pueda hoy contar, ciertos momentos, anécdotas o episodios de nuestra vida, los relata María Teresa en su Memoria de la melancolía; tal vez con la novela Juego limpio, su obra más viva y original, paralela a esta mi Arboleda perdida». (Rafael Alberti, La arboleda perdida. Libros III y IV de memorias, Barcelona, Seix Barral, 1987, p. 51).


19121912

Ingresa en el Colegio de San Luis Gonzaga, regentado por la orden de los jesuitas. En el listado de antiguos alumnos de dicho centro figuran Fernando Villalón, Juan Ramón Jiménez y Pedro Muñoz Seca. Alberti es un mal estudiante, un muchacho indisciplinado que prefiere ocupar su tiempo pintando: «Yo iba lo menos posible. Era un colegio de internos (los ricos) y de externos. Los premios eran para los internos, y la división de clases era demasiado ostensible. Así es que me escapaba a estudiar los caracoles y cangrejos de la playa, a bañarme con mis amigos (...) Por otra parte, los textos que nos enseñaban eran poco claros, y las clases de álgebra y trigonometría eran ininteligibles. Los he leído de mayor y eran bastante disparatados para la edad que teníamos al estudiarlos». («Rafael Alberti: Nostalgias del mar de Cádiz», p. 193).

19171917

La familia Alberti se traslada a Madrid. En la capital, va a manifestarse una de las vocaciones más duraderas del jovencísimo Rafael: la pintura. Sin duda, la primera visita al Museo del Prado es decisiva en esta dirección. En esa pinacoteca realiza copias de Zurbarán y de Goya. Asimismo, conoce a Daniel Vázquez Díaz y a Robert Delaunay. Al poco tiempo, el muchacho adquiere seguridad como pintor debutante y comienza a exhibir sus creaciones. Según dejó dicho, «Mi vida en Madrid en esos años fue dibujar y dibujar: el Casón del Buen Retiro y el Prado eran mis únicos objetivos. Todavía puedo dibujarle hoy todas las estatuas del Casón, y los cuadros que copiaba de Zurbarán, de Goya, del Greco, de Velázquez». («Rafael Alberti: Nostalgias del mar de Cádiz», p. 194).

19201920

El padre de Rafael, don Vicente Alberti, muere en Madrid: «La noche del velatorio fue larga, interrumpida a cada instante por el susurro y cuchicheo compungido de las visitas. Hacia las tres de la madrugada, enfundaron el cuerpo de mi padre en un hábito blanco de la Orden Dominicana de Predicadores, lo pasaron a un sencillo ataúd de color caoba y le encendieron cuatro cirios (...) parecía ese imponente lienzo de Zurbarán en donde el cuerpo yacente del papa San Buenaventura se alza con una plástica bañada de un poderoso escalofrío». (Rafael Alberti, La arboleda perdida. Libros I de memorias, Barcelona, Bruguera, 1980, p. 127).

La tragedia coincide en el tiempo con una satisfacción artística, pues el joven concurre con su obra al Salón Nacional de Otoño, en Madrid.

19211921

Si bien continúa formándose como pintor, alterna esa vocación con otra de estrategia y método similares: la poesía.

19221922
Decidido a divulgar sus inquietudes líricas, Alberti publica sus primeros versos en las páginas de la revista Horizonte, dirigida por Pedro Garfias.

Aunque inaugura una exposición con sus cuadros en el Ateneo de Madrid, decide abandonar su carrera pictórica para entregarse de lleno al oficio literario.


19231923

Su salud quebradiza motiva un traslado a la sierra de Guadarrama, un paisaje intenso, vivaz, donde elabora los versos de Mar y tierra, su primer poemario. Entre sus principales influencias figuran Gil Vicente y los cancioneros de los siglos XV y XVI.

19241924

Su visita a la Residencia de Estudiantes no puede ser más oportuna. De hecho, en esa institución traba algunas de las amistades que serán decisivas en su vida. Entre otros compañeros de fatigas artísticas, conoce a Federico García Lorca, Pedro Salinas, Jorge Guillén, José Moreno Villa, Pepín Bello, Salvador Dalí, Luis Buñuel, Vicente Aleixandre, Gerardo Diego, Dámaso Alonso y José Bergamín. Quien le presenta a Lorca es Gregorio Prieto: «Ya había leído algunos poemas de Lorca en una revista de Juan Ramón Jiménez que se llamaba Índice. Eran unos poemas mínimos que me habían gustado. Gregorio me trajo un librito de poemas, un libro que encontré desigual, al lado de cosas estupendas. Había por ejemplo una carta a doña Juana la Loca y cosas así. Pero en fin, Federico era muy joven, y todavía era un libro de tanteo en el que ya apuntaban cosas del Lorca que vendría después». («Rafael Alberti: Nostalgias del mar de Cádiz», p. 195).

Años después, evocará aquel periodo con emoción: «El periodo en que contaba veinticinco años sí me gustaba, porque yo vivía en la sierra de Guadarrama, acompañando a mi padre, y lo pasaba muy bien. Soy un poeta del campo, me gusta el campo. Allí escribí mis primeros poemas. Incluso escribí un poema dedicado a mi padre cuando éste murió. Para mí son aquellos unos años fundamentales». (Rafael Alberti entrevistado por Ángeles Caso en el programa Para que veas, emitido por Radio Nacional de España el 12 de septiembre de 1992).

La primera página de Mar y tierra cambia de rótulo, y el volumen pasa a titularse Marinero en tierra. Esa versión definitiva obtiene el Premio Nacional de Literatura. El jurado que concede el premio está formado por Antonio Machado, Carlos Arniches, Gabriel Miró, José Moreno Villa y Ramón Menéndez Pidal. El recuerdo de ese poemario será conservado íntimamente por el poeta: «Fue el libro de mis nostalgias de El Puerto, de la Bahía, de la luminosidad, de los azules, las calles, las arenas. Con todo eso, y el deseo constante de volver (pues siempre me consideré un marinero perdido en tierra), me salió este libro, que tiene una unidad grande, y que presenté a concurso por consejo de un escritor canario, Claudio de la Torre». («Rafael Alberti: Nostalgias del mar de Cádiz», p. 196).

19251925

Los lectores tienen la oportunidad de admirar la primera tirada de Marinero en tierra.

José Bergamín, uno de sus grandes amigos, comparte con Alberti confidencias y aventuras intelectuales.

19261926

Traba amistad con el torero y escritor Ignacio Sánchez Mejías, un hombre de genio, impulsor de la que más adelante se llamará Generación del 27: «Yo me acuerdo mucho, muchísimo, de Ignacio; muy a menudo hablo de él. Era un personaje fantástico, casi de leyenda, simpático, culto, guapo, inteligente, generoso. Fue nuestro mecenas por aquellos años del homenaje a Góngora en Sevilla. Era imposible no quererlo. Ignacio era casi un dios para nosotros; parecía que nunca le pudiera suceder nada malo. Recuerdo perfectamente cuando me dieron la noticia de su muerte, yo estaba fuera de España, y casi hoy me causa el mismo dolor... Lo único que pude hacer ya fue ponerme a escribir Verte y no verte, que le dediqué a La Argentinita, su gran amor durante los últimos años». (Declaraciones de Alberti en María Asunción Mateo, Rafael Alberti. De lo vivo y lejano, Madrid, Espasa-Calpe, 1996, p. 48).

Asimismo, conoce Alberti a poetas como Fernando Villalón y Luis Cernuda. Por las mismas fechas, empieza a colaborar con asiduidad en la Revista de Occidente, tan influyente en toda su generación, y escribe El alba del alhelí.

Pasa el invierno de este año en la localidad cordobesa de Rute.


19271927

El músico Manuel de Falla pasa a formar parte de sus amistades. Asimismo, participa en el homenaje a Góngora que se celebra en Sevilla y que será el acto social más característico de la Generación del 27. «Fue algo que tuvo su importancia, eso no se puede negar. A partir de ese momento, la figura de Góngora volvió a recobrar el prestigio y la difusión que le correspondía, tras una injusta oscuridad. Aquello no fue ninguna tontería ni ninguna frivolidad nuestra ni un capricho puramente estético. Góngora era un maestro revolucionario del idioma y nosotros lo elegimos, precisamente, como un poeta verdaderamente convulso y rebelado contra toda la vulgaridad que pudiera encontrar en su época». (Rafael Alberti. De lo vivo y lejano, p. 51).

19281928

Una crisis existencial aleja brevemente al poeta de la escritura. En dicha crisis «confluyeron muchísimas circunstancias. En primer lugar, yo vivía una situación muy delicada con mi familia, y no por culpa de ella, sino mía, ya que lo que yo quería hacer era —desde el punto de vista de ganarse la vida— completamente inútil. Eso influyó mucho en que yo me sintiera mal, dependiendo como estaba siempre de mi familia a una edad en que —aún joven— otras gentes ya no eran tan dependientes de los suyos... Después, había unas situaciones amorosas, difíciles, confusas, mezcladas. También que empecé a tener conciencia de que los primeros libros que había hecho de canciones se me estaban quedando lejos, yo era una persona mucho más adulta; y me parecía que aquel ciclo se había ya cerrado». («Rafael Alberti: Nostalgias del mar de Cádiz», pp. 191-192).

Alberti prueba fortuna en el teatro y escribe Santa Casilda, pieza dramática compuesta en verso y estructurada en tres actos. En una edición no venal, una imprenta lanza una tirada de 150 ejemplares con los versos de El alba del alhelí.

19291929

Pone en circulación las primeras ediciones de Cal y canto y Sobre los ángeles, dos de sus poemarios más divulgados. Asimismo, escribe Con los zapatos puestos tengo que morir (Elegía cívica) y Sermones y moradas.

Hombre de carácter sociable, comunicativo, Alberti descubre una actividad en la que puede divulgar su palabra con una intensidad inesperada. Es así como inicia su longeva carrera de conferenciante, inaugurada el 10 de noviembre en el Lyceum Club Femenino con la disertación «Palomita y Galápago (No más artríticos)».


19301930


Estrecha sus lazos afectivos con María Teresa León, con quien se casa este año, y también intensifica su compromiso político, expresado en la Elegía cívica, que da a conocer en enero. Coincide esta toma de postura con dos hechos históricos de gran relevancia: el fin de la dictadura de Primo de Rivera y la sublevación de Jaca.

19311931

Se alza el telón para la representación de dos de sus primeras obras dramáticas: El hombre deshabitado y Fermín Galán. Esta última pieza rinde tributo a uno de los principales impulsores de la sublevación en Jaca, fusilado poco después. El hombre deshabitado se convierte en un instrumento de la oposición a Primo de Rivera. Fermín Galán, estrenada por Margarita Xirgu, también provoca un sonoro escándalo: «Cometí errores y excesos, tantos que tuvo que caer el telón metálico, porque yo saqué una imagen de la Virgen del Monasterio donde se habían refugiado las tropas de Fermín Galán, una Virgen que agarraba una bayoneta y se ponía al frente de las tropas republicanas, lo que resultó verdaderamente inaguantable para las gentes de todas las clases, y cuando vieron eso, no hubo más remedio que echar el telón metálico, ése que hay para los casos de incendio, porque el escándalo que se armó fue mayúsculo». («Rafael Alberti: Nostalgias del mar de Cádiz», p. 201).

En esta línea, la alianza entre creación literaria y actividad política cobran un nuevo sentido para Alberti cuando éste decide afiliarse al Partido Comunista.

Conoce a don Miguel de Unamuno y realiza un viaje a París, centro de la vanguardia artística y fuente de constantes sorpresas intelectuales. Oportunamente, la voz del viajero queda inmortalizada en una serie de artículos que publica en El Sol.

19321932

La Junta para Ampliación de Estudios concede a Rafael y a María Teresa León una beca con el propósito de que ambos estudien las novedades del movimiento teatral europeo.

El mismo año en que su amigo García Lorca pone en ruta el Teatro Universitario «La Barraca», Alberti dosifica su curiosidad trashumante en países como la Unión Soviética, Alemania, Holanda, Dinamarca, Noruega y Bélgica. Durante este viaje, conoce a Louis Aragon y a Elsa Triolet. A finales de año, en Berlín, conoce a «Erwin Piscator, gran director de escena, a Bertolt Brecht, ambos muy jóvenes aún, a Ernest Toller, dramaturgo, que se suicidó más tarde en Nueva York, y a muchos más artistas, escritores e intelectuales que el nazismo arrojó de Alemania, en donde ya, en aquel final de 1932 no se podía vivir. Un tremendo clima de violencia la sacudía en todas direcciones». (La arboleda perdida. Libros III y IV de memorias, p. 19).

En Almería, muere su madre, María Merello.

La antología Bosque sin horas, publicada por la editorial Plutarco, incluye su traducción de un texto original de Jules Supervielle.


19331933

Tiene la oportunidad de conocer a Ilya Ehrenburg, a Pablo Neruda y a su admirada Dolores Ibárruri, la Pasionaria. Llegan al público los versos revolucionarios de Consignas y Un fantasma recorre Europa.

19341934

Salen de imprenta dos piezas de interés, Bazar de la providencia (Negocio) y Farsa de los Reyes Magos (Dos farsas revolucionarias).

María Teresa León lo acompaña en su nuevo proyecto: la fundación de la revista revolucionaria Octubre. Vinculado al proyecto ideológico que defiende esta cabecera, acude como invitado
al Primer Congreso de Escritores Soviéticos, y ello le proporciona la oportunidad de viajar por distintos rincones de la Unión Soviética. Asimismo, tiene la ocasión de conocer a Gorki y al cineasta Sergei Eisenstein. Conoce a André Malraux.

El nomadeo se prolonga en otras áreas. Así, el poeta llega a Roma, donde se hospeda en la casa que allí tiene Ramón María del Valle-Inclán, y también visita varios países americanos comisionado por el Socorro Rojo. Una oportunidad que aprovecha para dar conferencias y recitales poéticos a favor de las víctimas de la revolución de Asturias. Entrevistado en México en torno a esta cuestión, resume su parecer con las siguientes palabras: «Asturias es la expresión de la voluntad popular de España contra la reacción. La CEDA y Gil Robles representan para más de la mitad de los españoles esa sombra tétrica de la España clerical contra la que se lucha desde tantos años. Asturias, a través de sus partidos obreros unificados en las Alianzas Obreras, fue la que se lanzó heroicamente a impedir este triunfo. El valor de la epopeya asturiana ya no lo niega nadie. La repulsa por la represión que siguió ha alcanzado a todos los hombres de conciencia». (Robert Marrast, Rafael Alberti en México, Publicaciones La Isla de los Ratones, Sur Ediciones, 1985).

19351935

El conferenciante visita Nueva York y La Habana, donde conoce a Nicolás Guillén.

Su periplo iberoamericano cumple un ciclo de interés en México, donde Alberti pasará casi un año. Allí conoce a ilustres pintores y muralistas como José Clemente Orozco, David Alfaro Siqueiros y Diego Rivera. En ese país se imprime la primera edición de Verte y no verte, una elegía que conmemora las virtudes del torero Ignacio Sánchez Mejías.

Su retorno a Madrid coincide con un nuevo lanzamiento editorial: gracias a su amigo José Bergamín, la revista Cruz y Raya distribuye el libro Poesía (1924-1930).

El gran amigo de Alberti, Federico, comparte con éste su periodo de ebullición creativa. Así lo recuerda Rafael: «Comenzaba el año 1935. Y comenzaba para Lorca en pleno éxito teatral: Yerma, tragedia de amor estéril, de la maternidad frustrada, que Margarita Xirgu le estrena en el Teatro Español, de Madrid. Federico ya no es ese joven autor, que pasea su obra de compañía en compañía recibiendo alabanzas y promesas que no se cumplirán nunca. Ahora puede estrenar donde quiere, hasta con actrices y actores que antes se habían mofado de su Romancero gitano». (Rafael Alberti, Federico García Lorca. Poeta y amigo, Biblioteca de la Cultura Andaluza, 1984, pp. 228-229).


19361936

Activista a favor del Frente Popular, en julio Alberti se reencuentra con María Teresa León en Ibiza, isla donde les sorprende el inicio de la guerra y que no abandonarán hasta el mes de agosto.

Es elegido secretario de la Alianza de Intelectuales Antifascistas. Asimismo, cumple las funciones de director de la revista El Mono Azul y es nombrado director de una de las instituciones madrileñas con mayor encanto, el Museo Romántico. Dicho en palabras del poeta, es éste un periodo de incesante actividad pública: «Por nuestra Alianza de Intelectuales pasaban no sólo los que llegaban a Madrid de todas las provincias, sino artistas, escritores, políticos del mundo entero, venidos a presenciar y a informar sobre nuestra popularísima guerra... Por allí llegaron un día, de Valencia, José Renau, Juan Gil-Albert, Pla y Beltrán. Con nosotros se hospedaban Emilio Prados, Luis Cernuda, el raro compositor Acario Cotapos y Juvencio Valle, ambos chilenos. También vivían allí Nicolás Guillén y Langston Hugues, los dos poetas de color, el primero de la isla de Cuba y el otro norteamericano». (La arboleda perdida. Libros III y IV de memorias, p. 81).

Es un año trágico para España, pero la ocupación literaria de Alberti tampoco cesa. Además de elaborar las páginas de Capital de la gloria y Nuestra diaria palabra, publica el poemario 13 bandas y 48 estrellas (Poema del mar Caribe). También se luce como dramaturgo cuando el Teatro de la Zarzuela de Madrid estrena su obra Los salvadores de España (ensaladilla en un acto).

19371937

La guerra civil dramatiza un enfrentamiento social e ideológico en el cual Rafael Alberti toma partido por la doctrina revolucionaria. Tras viajar a París, visita en Moscú al dictador José Stalin. Asimismo, figura entre los organizadores del II Congreso Internacional de Escritores y publica Numancia —adaptación del original cervantino— y El burro explosivo.

19381938

A tiempo que comienza a escribir su ciclo autobiográfico, La arboleda perdida, estrena la pieza Los salvadores de España. Radio Sevilla (cuadro flamenco). Este mismo año se alista en el Arma de Aviación republicana. Asimismo, publica los volúmenes Poesía (1924-1938) y Cantata de los héroes y la fraternidad de los pueblos. Participa en la puesta a salvo de los fondos del Museo del Prado.

19391939

La guerra civil toca a su fin con la derrota de las fuerzas republicanas. Como muchos otros españoles, Alberti y María Teresa León deben tomar el camino del exilio. En marzo, vuelan en una avioneta, camino de Orán.

En el primer trecho de este destierro, pasan un tiempo en la casa que Pablo Neruda y Delia del Carril tienen en París, en Quai de L’Horloge. En esa capital, el poeta gaditano y su esposa colaboran como locutores en Radio Paris-Mondiale. Por estas fechas, Alberti escribe uno de sus poemas más conocidos, Se equivocó la paloma.

19401940

El puerto de Marsella es el escenario de una segunda etapa en el exilio de Rafael y María Teresa, que suben allí a bordo del Mendoza, el barco que los llevará hasta Argentina. En ese momento desdichado, su enlace político es más estrecho si cabe: «Los españoles recordamos bien aquellos días. Los campos de concentración de Francia y África seguían llenos de nuestros soldados, de nuestras mujeres y niños, tan sólo por el crimen de haber sido los primeros combatientes, los primeros héroes en la lucha contra el fascismo internacional». (La arboleda perdida. Libros III y IV de memorias, p. 152). En Buenos Aires, la editorial Losada publica Poesía (1924-1939). Su amigo Aráoz Alfaro le presta su casa de El Totoral, un pueblo en la provincia de Córdoba.

19411941

En Buenos Aires nace su hija Aitana. En el terreno literario, cabe destacar dos hechos: Alberti escribe la obra teatral El trébol florido y sale de imprenta la primera edición de Entre el clavel y la espada.

19421942

Este es un año rico en novedades editoriales para Alberti. El poeta publica ¡Eh, los toros! y De un momento a otro (Drama de una familia española). Una editorial mexicana edita el primer volumen de La arboleda perdida.

19431943

Recorre Argentina, y en las poblaciones donde se detiene, Alberti pronuncia conferencias y participa en actos culturales.


19441944

En Montevideo, la actriz Margarita Xirgu estrena la adaptación de Numancia escrita por Alberti. La misma intérprete protagoniza en Buenos Aires El adefesio. La siguiente pieza dramática debida al poeta va a ser La Gallarda. Sale a la luz un nuevo poemario, Pleamar. El acontecimiento coincide con la visita que Alberti hace a Juana de Ibarbourou. Según queda de manifiesto, hay en ambos sentimientos afines.

19451945

Es el año en que publica las prosas que componen Imagen primera de... Asimismo, viaja a Chile junto a María Teresa y revitaliza su actividad como rapsoda y conferenciante. Con todo, cabe rescatar una anécdota de esa estancia en Chile: la reunión con Pablo Neruda, a quien le une una vieja y sólida amistad.

19461946

Completa una nueva obra: A la pintura (Poema de color y la línea). Losada le publica el libro Poesía 1924-1944.

19471947

Por estos meses, importa el recrecimiento de su afición estética, nunca abandonada del todo. El Salón Arte Bella de Montevideo acoge una muestra representativa de la obra pictórica de Alberti, quien además revisa las pruebas de un nuevo lanzamiento editorial, El ceñidor de Venus desceñido.


19481948

Llegan hasta los lectores dos títulos: A la pintura y Salmo de alegría en honor del pueblo de Israel.

19491949

Prepara una exposición pictórica en la galería uruguaya Punta del Este. En ese mismo país, se publican las Coplas de Juan Panadero.

19501950

No declina su interés por el proyecto comunista, sobre todo en estos meses en que estalla la guerra de Corea. Guiado por este ideario, el escritor figura entre los delegados que viajan a Varsovia para debatir ponencias en el Congreso Mundial de la Paz.

Su obra dramática más señalada queda reunida en el volumen Teatro I, en cuyas páginas figuran El hombre deshabitado, El trébol florido y La Gallarda.

19511951

Alberti presenta a los lectores Buenos Aires en tinta china mientras completa sus Baladas y canciones del Paraná. Asimismo, inaugura dos muestras con pinturas y liricografías en las galerías bonaerenses Vía U y Bonino.

19521952

Su esposa y su hija viajan con él hasta Varsovia. Sale de imprenta la edición de Retornos de lo vivo lejano.


19531953

Su periplo por los países del Este tiene un momento de relevancia política cuando llega a la Unión Soviética. Con un sentimiento alejado de ese perfil ideológico, Alberti celebra el trimilenario de la fundación de Cádiz con dos bellas aportaciones: la edición bonaerense de su Oda marítima y una exposición de dibujos.

19541954

La Galería Galatea, en Buenos Aires, acoge una selección de su obra gráfica. Publica Baladas y canciones del Paraná y realiza un nuevo viaje, esta vez a París, donde pasará un mes.

19551955

Los responsables de la Galería Bonino deciden publicar las Liricografías de Alberti, reuniendo en una carpeta poemas ilustrados con diez dibujos coloreados.

19561956

Es éste un año de interés en la carrera teatral de Rafael Alberti. Completa los textos de la pieza dramática Noche de guerra en el Museo del Prado, estrena El adefesio en la localidad francesa de Arras y un teatro de Gotemburgo ofrece un montaje de El trébol florido.

19571957

El Adefesio llega a la cartelera parisina el mismo año en que Alberti retorna a los países del bloque comunista. Esta vez visita China, la Unión Soviética y Rumanía. Asimismo, se traslada a un país muy querido por él, Italia, quedándose por un tiempo en Roma.


19581958

Llega a las librerías Sonríe China, un homenaje a dicho país escrito en colaboración con su esposa: «Sin duda, el viaje a la China Popular ha sido una de las experiencias más fascinantes de mi vida, que nos llevó a María Teresa y a mí a escribir Sonríe China, libro bastante olvidado y que puede encerrar gran interés para muchos. María Teresa preparó la parte en prosa, en donde muestra la situación de la mujer china en aquellos años. Es un documento vivísimo y de gran valor para conocer la vida cotidiana, las costumbres y la apertura del país en un momento concreto». (Rafael Alberti. De lo vivo y lejano, p. 231).

19591959

Cada vez más difundida internacionalmente, la producción albertiana goza de una salud editorial envidiable. El público alemán ya disfruta de traducciones de su obra poética y en Italia se publican versiones de toda su literatura, desde las piezas dramáticas hasta las composiciones en prosa. Precisamente a esta categoría corresponden los libros I y II de La arboleda perdida, que publica por estos días.

19601960

Además de exponer sus creaciones en la Galería Acquarella de Caracas y en el Museo Histórico Nacional de Bogotá, recorre Iberoamérica prolongando una exitosa gira como conferenciante. Invitado por la Dirección General de Cultura, visita Cuba, donde se reencuentra con Ernest Hemingway: «Fuimos a visitarlo con Nicolás Guillén. Hablamos y hablamos de España, aunque casi sin nombrarla. ¿Qué tema podía unirnos más? Él nunca dejó de llevar a España, que era también su país, en su generoso corazón. Por él luchó y arriesgó su vida, y desde que finalizó nuestra guerra eligió vivir en Cuba, rodeado de españoles que no dejaban de recordarle tantas cosas de aquí». (Rafael Alberti. De lo vivo y lejano, p. 229).

19611961

En Italia se publican Imagen primera de... y El trébol florido. Los lectores también acceden a sus Poesías completas, pero este es un año con que, desde la perspectiva de Alberti, tiene un protagonista: Picasso, a quien visita para festejar su octogésimo aniversario.


19621962

El poeta cumple sesenta años y en Buenos Aires y Montevideo se celebra el acontecimiento. Escribe una adaptación teatral de La lozana andaluza, de Francisco Delicado, y edita dos nuevos libros, Poemas escénicos y Diálogo de Venus y Príapo.

19631963

Tras un largo exilio argentino, decide retornar a Europa. Roma es la ciudad donde se va a instalar junto a María Teresa durante catorce años: «El día 28 de mayo de 1963, después de casi veinticuatro años de exilio en la República Argentina, hacía mi entrada, a través de la inmensa puerta del cielo, en la ciudad de Roma. Yo tenía entonces sesenta y un años. Y unas ansias, unos deseos angustiosos, de sumergirme, de perderme, de estrecharme, hasta desaparecer en aquel complicado y peligroso laberinto de plazuelas y callejones del barrio que elegí como vivienda, el romanesco Trastevere, alegre capital, dentro de Roma, de los gatos». (Rafael Alberti, Discurso en la entrega del Premio Cervantes 1983). Primero viven los Alberti en la vía Montserrate, y luego en la vía Garibaldi: «Fue en Italia donde estudié a fondo la gráfica, los grabados, la litografía, el aguafuerte, donde aprendí a grabar el plomo —una técnica rarísima, que usa muy poca gente— y donde creo que maduré este estilo mío que une la palabra al trazo pictórico (...) Allí [en Roma] he trabajado muchísimo, y también en una pequeña casa que tenía en un pueblo muy bonito, en donde he hecho prácticamente toda mi obra gráfica y he hecho muchos libros de arte, entre ellos uno muy importante con Miró». («Rafael Alberti: Nostalgias del mar de Cádiz», p. 202).

Coincidiendo con otros síntomas de apertura cultural, el público español recibe un libro de Alberti, Summa taurina. Es la primera edición de una obra suya desde la guerra civil.

19641964

Las ediciones de Abierto a todas horas y X sonetos romanos incluyen grabados originales del poeta. Corrige las primeras páginas de Roma, peligro para caminantes.

Entre sus amigos de esta época figuran Ungaretti, Paolo Pasolini y Vittorio Gassman.

La editorial Mondadori publica un poemario traducido por Vittorio Bodini, y que lleva por título Poesie.

19651965

En el terreno artístico, cabe destacar las muestras de su obra gráfica en la Galleria Penélope de Roma y en la Gallería d’Arte de Milán. En este ámbito, es galardonado con el premio de grabado en la V Rasegna di Arti Figurative de Roma. Asimismo, elabora el catálogo que titula Picasso, el rayo que no cesa.

Cuando recibe el Premio Lenin de la Paz, viaja hasta Moscú para estar presente en la entrega. Ese retorno al Este coincide en el tiempo con la traducción de varias de sus obras al ruso.

19661966

A modo de homenaje a Pablo Picasso, Alberti escribe un poema hermosamente ilustrado, Los ojos de Picasso. Se reúne con Miguel Ángel Asturias, quien un año después recibirá el Premio Nobel.


19671967

Su nombramiento como Ciudadano de Honor de la comunidad de Reggio Emilia coincide con una exposición en Roma de distintas creaciones suyas.

19681968

El telón de la Scala de Milán sube para ofrecer un ballet inspirado en versos del libro Sobre los ángeles.

El volumen Roma, peligro para caminantes se distribuye en la ciudad que lo inspiró. La influencia más notable del volumen son los escritos del poeta Giussepe Gioachino Belli (1791-1863).

19691969

En Milán organiza la muestra El lirismo del alfabeto, resumida en una carpeta donde Alberti reúne varias serigrafías destacables. Publica Poesías anteriores a Marinero en tierra.

19701970

Dos nuevos libros vienen a sumarse a su extensa bibliografía, Los ochos nombres de Picasso y Prosas encontradas. Gracias al Colegio de Arquitectos de Cataluña y Baleares, el público barcelonés puede complacerse con una exposición donde queda resumida la trayectoria gráfica y poética de Alberti.


19711971

Una nueva carpeta con grabados y poemas del gaditano, Omaggio a Pablo Picasso, homenajea al pintor en su nonagésimo cumpleaños. Indignado ante los acontecimientos que dieron lugar al Proceso de Burgos, escribe Condena.

19721972

Los homenajes a Rafael Alberti son cada vez más frecuentes. La versión italiana de Roma, peligro para caminantes sale a la venta por las mismas fechas en que son publicados los libros Poesía (1924-1967), Desprecio y maravilla y Canciones del alto valle del Aniene.

19731973

Fallece su admirado Pablo Picasso: «Cuando Pablo moría el 8 de abril de 1973, unos meses antes de cumplir sus 92 años, yo acababa de llegar a los 71. Faltaban pocos días para que se inaugurase en el Castillo de los Papas de Aviñón la segunda impresionante exposición de Pablo, cuya presentación, lo mismo que de la primera —1970—, fue escrita por mí a petición suya y de Jacqueline» (La arboleda perdida. Libros III y IV de memorias, p. 192). Estrena en Italia una versión de Noche de guerra en el Museo del Prado en el Teatro Belli, de Roma.

19741974

La revista «Litoral» edita Roma, peligro para caminantes.

19751975

Le es otorgado el premio Etna-Taormina.

Los lectores españoles acceden por fin a las páginas de La arboleda perdida. Durante esos meses de esperanza política, Alberti interviene en el homenaje que se le tributa en Roma a Dolores Ibárruri, la Pasionaria.


19761976

La actriz María Casares estrena en Madrid El adefesio.

19771977

La transición democrática cumple una de sus fechas memorables cuando el 27 de abril Alberti y María Teresa León regresan a España. Dejando atrás el exilio, el poeta se incorpora a la vida cotidiana de su país. «No me lo hubiera podido imaginar nunca. El aeropuerto de Barajas estaba repleto de amigos, de periodistas, de voces, supongo que de camaradas, que gritaban: “¡Sí, sí, sí, Alberti está en Madrid!”, “Se ve, se siente, Alberti está presente.” Yo, entre aquel revuelo, apenas distinguía a nadie. No me podía creer que, por fin, estaba en España. Me sacaron del aeropuerto casi en volandas». (Rafael Alberti. De lo vivo y lejano, p. 29). Por otro lado, al legalizarse el Partido Comunista, es elegido diputado por esa formación, si bien no tarda en renunciar a su escaño. Un año después, S. M. el Rey promulga la Constitución.

19781978

En el Teatro María Guerrero, de Madrid, estrena Noche de guerra en el Museo del Prado. Elabora diecinueve grabados y diversas ilustraciones para el Romancero gitano, de Federico García Lorca. La actriz Nuria Espert protagoniza junto a él un ciclo de recitales poéticos que los llevará de gira por diversos países.

19791979

El ajetreo de los constantes recitales y conferencias no distrae su atención de uno de sus planes más queridos: la constitución de una Fundación Rafael Alberti. Con ese propósito, María Teresa y el poeta donan su magnífica colección de recuerdos a El Puerto de Santa María.


19801980

Edita Fustigada luz y Relatos y prosas. Su versión escénica de La lozana andaluza llega a los escenarios españoles.

19811981

Recibe el Premio Nacional de Teatro. Asimismo, obtiene, junto a José Bergamín, el Premio Salinas, otorgado por la Universidad Internacional Menéndez Pelayo. Llega a las librerías Lo que canté y dije de Picasso.

19821982

Es nombrado Comendador de las Artes y las Letras de Francia, la Universidad de Toulouse lo nombra doctor honoris causa, y el Ayuntamiento de El Puerto de Santa María le concede la Coquina de plata.

19831983

Entre otros galardones, Rafael Alberti es homenajeado con el Premio Cervantes.

19841984

La obra de Alberti es difundida generosamente por las editoriales españolas, y también es reproducida en los medios de comunicación. Sin duda, este es un año de homenaje y celebridad popular. Forma parte del jurado de la Mostra Internacional de Cine de Venecia y publica, entre otros libros, Federico García Lorca, poeta y amigo.


19851985

Es nombrado doctor honoris causa por la Universidad de Cádiz y se edita la carpeta de serigrafías que lleva por título Las cuatro estaciones.

Su gira de recitales junto a la actriz Nuria Espert los conduce hasta la capital de Bélgica: «En Bruselas, nuestros recitales de poesías a dos voces —Nuria Espert y yo— marcharon de maravilla: un silencio profundo en el auditorio —que no todo era español—, terminado en demostraciones entusiastas. Al primer recital asistió la reina Fabiola, la española, sencilla y afectuosa, subiendo al escenario al acabarse el acto. Extrema naturalidad y gratas palabras cordiales, siendo despedida, como a la llegada, con grandes aplausos». (La arboleda perdida. Libros III y IV de memorias, pp. 289-290).

19861986

Los dibujos de Manuel Rivera ilustran la tirada de Golfo de sombras, que coincide en su distribución con Los hijos del drago.

19871987

Sufre un doloroso accidente de tráfico, que interrumpe temporalmente su frenética actividad. Entre las novedades editoriales que publica este año figuran el segundo volumen de sus memorias, La arboleda perdida, y también Accidente (Poemas del hospital) y Cuatro canciones, que se presenta como anticipo de Canciones para Altair.


19881988

Su labor de cartelista es reconocida por diversas instituciones. Entre otros, pinta los carteles de la Feria de El Puerto de Santa María, de la Bienal de Flamenco de Sevilla y de los Cursos de Verano de la Universidad Complutense que se celebran en El Escorial.

Protagoniza un emotivo homenaje en el teatro romano de Mérida, y en París recibe la Medaille Picasso de la UNESCO. El Centro Cultural de la Villa de Madrid estrena un montaje de la pieza El hombre deshabitado.

Tras una larga y penosa enfermedad, muere María Teresa León.

19891989

Rafael Alberti ingresa en la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando y en la de Bellas Artes de Santa Cecilia. Sale a la venta Canciones para Altair.

19901990

Contrae matrimonio con la escritora María Asunción Mateo. Es nombrado doctor honoris causa por la Universidad de Burdeos. Con apoyo de la Agencia Española de Cooperación Internacional, se organiza un homenaje al poeta en México D. F. Las palabras de bienvenida son pronunciadas por Octavio Paz, cuyo trato con Alberti se remonta a 1935.

19911991

Cuba celebra la trayectoria y personalidad del escritor. Alberti recibe las llaves de La Habana, ciudad de la que es nombrado Huésped Ilustre. Además de ser distinguido doctor honoris causa en la universidad habanera, recibe la medalla José Martí. La UNEAC (Unión Nacional de Escritores y Artistas Cubanos) homenajea al poeta como Miembro de Honor.

En el Cono Sur se amplía el festejo. Una vez nombrado Ciudadano Ilustre de Buenos Aires, preside en el Teatro Cervantes el homenaje que le rinde la comunidad cultural argentina, encabezada por Ernesto Sábato. Luego viaja hasta Chile, donde es recibido por el presidente Patricio Alwyn en el Palacio de La Moneda. Entre otras distinciones, le conceden la Orden Gabriela Mistral. Protagoniza junto al cantautor Paco Ibáñez el espectáculo A galopar.


19921992

María Asunción Mateo lo acompaña en su paulatino traslado a su casa de El Puerto de Santa María, que le es cedida por el Ayuntamiento local. Viaja de nuevo a Iberoamérica, y continúa el ciclo de homenajes que le tributan internacionalmente. Formando parte de los actos inaugurales de la Expo’92, el director teatral Miguel Narros estrena en Sevilla su montaje de La Gallarda.

19931993

Alberti recibe en Granada el Premio Andalucía de las Letras, otorgado por la Consejería de Cultura y Medio Ambiente de la Junta de Andalucía. En Valencia es distinguido con la Medalla de Oro de Bellas Artes, que le concede el Rey Juan Carlos I. Asimismo, es nombrado doctor honoris causa por la Universidad Complutense de Madrid. Abre las puertas su casa-museo, en El Puerto de Santa María.

19941994

En El Puerto de Santa María inicia su andadura la Fundación Rafael Alberti.


19951995

El Salón del Libro de Burdeos homenajea su quehacer literario y la Universidad Politécnica de Valencia lo nombra doctor honoris causa.

19961996

Dos nuevas distinciones emocionan al poeta: Hijo Predilecto de la provincia de Cádiz y Alcalde Perpetuo de la ciudad de El Puerto de Santa María.

19981998

La ciudad de Roma nombra a Alberti Ciudadano de Honor. Asimismo, recibe la Creu de Sant Jordi de la Generalitat de Cataluña.

19991999

El poeta fallece en El Puerto de Santa María el 28 de octubre.

7. “ABIERTO A TODAS HORAS”

BIBLIOGRAFÍA

Tamales, Ramón; España 1931-1975. Una antología histórica; Planeta; Barcelona, 1980.

Castelló, José Emilio; España: siglo XX, 1939-1978; Anaya, Madrid, 1988.

Romero, Luís Alberto; Breve historia contemporánea de la Argentina; Fondo de Cultura Económica de la Argentina; Buenos Aires, 2001.

Gadamer, Hans Georg; Estética y hermenéutica; Tecnos; Madrid, 2006

Levinas, Marcelo. Conflictos del conocimiento y dilemas de la educación. Aique. Bs.As. 1998.

Alderoqui C y Aisemberg. D. Didácticas de las ciencias Sociales. Kapelusz. BsAs. 1999.

Anderr –Egg. Técnicas de la investigación social. Humanitas. Bs As. 1993

Freire, Paulo. La pedagogía de la Esperanza. Morata. 1987

Brusilovsky, Silvia. Criticar la docencia o Formar docentes críticos.

Caruso, M y Dussel. De Sarmiento a los Simpson.

Pedrinaci, Emilio. Selección y secuenciación de contenidos. Artículo para las Ciencias Naturales.-

Hurrel, Silvia. La transposición didáctica. Artículo publicado en Novedades Educativas. Año 1. Noviembre 2000.

Obras de: Alberti, Rafael; Capital de la Gloria, 1938; Cal y canto ,1926; El alba del alhelí, 1927; Imagen primera de… ,1940; A la pintura, 1945; Retornos de lo vivo lejano, 1956; El matador -Poemas escénicos-, 1965; Roma, peligro para caminantes, 1967.

Fuentes en la web:

www.poetas27.wordpress.com

www.sispain.org

www.club.telepolis.com/pastranec/Historia

www.cvc.cervantes.es

DISEÑO Y REDACCIÓN DE LA GUÍA

Profesores: Laly Laplagne, Cristina Campos, María Elena Suárez, Mariana Damiani, Roberto Santana, Rodrigo Marcó del Pont, Miguel Fanchovich

Con la colaboración del resto del cuerpo de profesores del Profesorado en Lengua y Literatura para la E.G.B. 3 y el Polimodal del I.P.E.S. “Florentino Ameghino” de Ushuaia.



[1] Prof. Laly Laplagne, ¿Cómo enseñamos a transponer didácticamente?

[2] Un esquema actancial consta de seis elementos:

Sujeto: Es el personaje que tomaré como centro del esquema, aquél que realiza una acción, que busca cumplir con algún objetivo, que se mueve con algún objeto. (Cualquier personaje, principal o secundario, puede ser tomado como sujeto para realizar un análisis diferente o profundizar en las relaciones de los personajes entre sí.)

Objeto u objetivo: Es lo que el sujeto quiere conseguir, lo que lo mueve a actuar.

Destinador: Es el personaje o la fuerza externa o interna que mueve al sujeto a querer conseguir el objeto u objetivo.

Destinatario: Es quien se beneficia si el sujeto consigue el objeto u objetivo (puede ser el mismo sujeto u otro personaje o ambos).

Ayudantes: Son los que ayudan, precisamente, al sujeto a conseguir el objeto.

Oponentes: Son los que se oponen a que el sujeto consiga el objeto.



[3] Narra la vida escolar de la Galicia de 1936. Sinopsis: Moncho empieza la escuela, pero tiene miedo: Ha oído decir que los profesores pegan... Pero se encuentra con un maestro simpatizante de ideas liberales y republicanas que va a ser víctima de los terribles acontecimientos de la época, en concreto del triunfo de la sublevación fascista en ese pequeño pueblo gallego. La vida del pueblo transcurre en una época marcada por el inicio de la Guerra Civil.

El film está basado en relatos del libro ¿Qué me quieres, amor? De Manuel Rivas.

[4] Redactado a partir de apuntes del IES Martín de Aldehuela de Málaga, España. Disponible en www.poetas27.wordpress.com

[5] En esos años, los sistemas democráticos se tambalean en Europa: El fascismo se implanta en Italia en 1922, se funda en Alemania el Partido nazi, la revolución rusa queda sometida a la dictadura de Stalin y los regímenes totalitarios alcanzan a Portugal y Polonia. Primo de Rivera se reunirá con Benito Mussolini a quien elogiará diciendo que era "el apóstol de la campaña contra la anarquía y la corrupción política", recogiendo con agrado una parte importante del sistema corporativista que se estaba implantado en Italia y que pretendió importar a España. Sin lugar a dudas, la explosión del modelo autoritario, de fuerte sentimiento nacionalista, muy crítico con los sistemas democráticos débiles acomodados, unido a una rápida extensión en toda Europa de las ideas emergentes de los socialistas con amplio apoyo de las masas populares, influyó decisivamente en la reacción habida en España.

[6] En portal de literatura y cultura de España: www.sispain.org.

[7] Fuentes: Ramón Tamames: «España 1931-1975. Una antología histórica». Planeta. Barcelona 1980 José Emilio Castelló: «España: siglo XX, 1939-1978». Anaya. Madrid 1988. Síntesis disponible en: www.club.telepolis.com/pastranec/Historia.

[8] Romero, Luís Alberto; Breve historia contemporánea de la Argentina; Fondo de Cultura Económica de la Argentina; buenos Aires, 2001 (pág. 207)

[9] Ibid, (págs. 220, 221)

[10] Ibid, (pág. 208)

[11] Ibid, (pág. 210)

[12] Ibid, (pág. 211)

[13] Extraído del Centro Virtual Cervantes. Disponible en: www.cvc.cervantes.es